El Papa Benedicto XVI elevó sus oraciones para que Dios le conceda el descanso eterno al Arzobispo emérito de Palermo, Cardenal Salvatore Pappalardo, quien partiera ayer a la Casa del Padre a los 88 años de edad luego de 26 intensos años de servicio episcopal y reconocida labor de lucha contra la mafia en la región siciliana.
En un telegrama enviado al Cardenal Salvatore De Giorgi, actual Arzobispo de Palermo, y a la hermana del fallecido Purpurado, el Santo Padre expresa que eleva sus “fervientes oraciones a Dios para que conceda el descanso eterno a este generoso y entregado pastor”.
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“Recuerdo con admiración su actividad apostólica múltiple y fecunda animada por el deseo de anunciar a Cristo y de acompañar con su magisterio iluminado el camino de crecimiento moral y cultural de la sociedad palermitana”, señala el Papa
Durante su ejercicio episcopal, el fallecido Purpurado presidió las exequias del general del cuerpo de carabineros Carlo Alberto Dalla Chiesa, y de los jueces Giovanni Falcone y Paolo Borsellino, asesinados por la mafia.
Sus homilías fueron famosas no solo por su duro ataque a los mafiosos, a quienes llamaba “asesinos”, sino también por denunciar la falta de ayuda por parte del Estado para combatirlos.
“Le doy mi más sentido pésame –continúa el Santo Padre– junto a los familiares del llorado Cardenal, así como al presbiterio, a las comunidades religiosas y a todos los fieles de esta querida arquidiócesis e imparto la consoladora bendición apostólica, como signo de fe y esperanza cristianas en el Señor resucitado".