El Papa Benedicto XVI y el Patriarca ortodoxo Bartolomé I rezaron esta tarde por la reconciliación y la paz entre ambas Iglesias durante la significativa visita de oración a la Iglesia Patriarcal de San Jorge en el Patriarcado Ecuménico de Estambul.
Tras la oración, ambos sostuvieron un encuentro privado en el que el Santo Padre destacó los diversos gestos de reconciliación como la "valiente decisión de borrar de la memoria los anatemas de 1054".
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El arribo del Papa fue acompañado por el repique de campanas y seguido por una doxología en la mencionada iglesia. Luego que ambos ingresaran al templo y tuvieran un intenso momento de oración, el Patriarca Ecuménico dirigió un discurso que fue seguido por un saludo del Santo Padre en el que expresó su profundo agradecimiento a Dios "por la gracia de este encuentro, tan lleno de auténtica buena voluntad y significado eclesial".
El Pontífice recordó "los grandes momentos que han sustentado nuestro compromiso por trabajar por la total unidad entre católicos y ortodoxos. Deseo sobre todo recordar la valiente decisión de borrar de la memoria los anatemas de 1054".
"La declaración conjunta del Papa Pablo VI y el Patriarca Atenágoras, escrita en un espíritu de amor nuevamente descubierto, fue leída solemnemente en una celebración simultánea en la Basílica de San Pedro en Roma y en esta Catedral Patriarcal. El Tomos del Patriarca se basó en la profesión de fe joanea: "Ho Theós agapé estin" (1 Jn 4,9), Deus caritas est! En total acuerdo, el Papa Pablo VI decidió iniciar su propia carta con la exhortación paulina: "Ambulate in dilectione"" (Ef 5,2), "Caminad en el amor". Es sobre esta base de amor mutuo que se han desarrollado las nuevas relaciones entra las Iglesias de Roma y Constantinopla.
Más adelante, el Santo Padre también recordó otros signos de amor mutuo como la cordial acogida que tuvieron Pablo VI y Juan Pablo II como visitantes en la Iglesia de San Jorge en la que se reunieron respectivamente con los Patriarcas Atenágoras I y Dimitrios I "para fortalecer el ímpetu hacia la mutua comprensión y la búsqueda de la total unidad. ¡Que sus nombres sean honrados y bendecidos!".
"Me alegro igualmente -continuó el Papa- por estar en esta tierra tan íntimamente ligada a la fe cristiana, donde muchas iglesias florecieron en tiempos antiguos. Pienso en las exhortaciones de San Pedro a las primeras comunidades cristianas ‘en el Ponto, Galacia, Capadocia, Asia y Bitinia’ y la rica cosecha de mártires, teólogos, pastores, monjes y santos y santas que aquellas Iglesias han producido a través de los siglos".
Asimismo, se refirió a los "extraordinarios santos" que ocuparon la Sede de Constantinopla, como San Gregorio Nacianceno y San Juan Crisóstomo que "descansan en la Basílica de San Pedro en el Vaticano, una porción de las cuales le fue dada a Su Santidad por el difunto Papa Juan Pablo II para ser veneradas en esta Catedral. Ciertamente, son dignos intercesores nuestros ante el Señor".
El Papa señaló también que los siete Concilios Ecuménicos, "cuya autoridad para la fe y la disciplina de la Iglesia reconocen tanto la Iglesia católica como la ortodoxa" y precisó que "constituyen hitos permanentes y guías para nuestro camino hacia la total unidad".
"Que este encuentro fortalezca -concluyó- nuestro afecto mutuo y renueve nuestro compromiso conjunto para perseverar en el camino que nos conduce a la reconciliación y la paz entre las Iglesias.
La visita de oración concluyó con la veneración de las reliquias de San Gregorio el Teólogo y San Juan Crisóstomo, ambos antiguos arzobispos del Patriarcado ecuménico y predecesores de Bartolomé I. Las reliquias de ambos fueron llevadas a Roma en 1204 durante la cuarta Cruzada y devueltas por Juan Pablo II en noviembre de 2004.
Posteriormente, en el Palacio Patriarcal, se llevó a cabo un encuentro privado del Papa con el Patriarca Ecuménico ortodoxo.
Finalizado el encuentro, el Papa se dirigió a la Representación Pontificia de Estambul, conocida como "Casa Roncalli", que de 1935 a 1944 fue residencia y sede del Delegado Apostólico en Turquía Angelo Roncalli, luego convertido en el Papa Juan XXIII.