El Arzobispo de Valencia, Mons. Agustín García-Gasco, llamó a los católicos a promover "nuevas ideas" y propuestas creativas que permitan responder a los requerimientos de "los necesitados de nuestros días".
A través de su carta semanal "El amor como tarea, un reto para todos", el Prelado pidió responder a los problemas y carencias de los más débiles e indefensos. Explicó que saber enfrentar estos retos "ayuda a crecer en su ser y en su misión" a la comunidad cristiana y a las sociedades verdaderamente solidarias.
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En el texto, el Arzobispo recordó que "entre las raíces de la cultura de la solidaridad" se encuentra "la predicación del Evangelio de Jesucristo y la acción caritativa de la comunidad cristiana". Indicó que la caridad sirve para poner en práctica el amor al prójimo, que es "tarea para cada cristiano y para toda la Iglesia".
"Benedicto XVI, en su Encíclica Deus caritas est, nos recuerda que la comunión que caracteriza a la primitiva comunidad cristiana se concreta en que los creyentes tienen todo en común y en que, entre ellos, ya no hay diferencias entre ricos y pobres", señaló.
Citando al Papa, Mons. García-Gasco explicó que al ser imposible mantener "esta forma radical de comunión" conforme la Iglesia se extendía, se vio la necesidad de establecer una organización de la caridad, cuya primera expresión fue el diaconado, permaneciendo "el núcleo central de esta comunión".
"En la comunidad de los creyentes no debe haber pobreza alguna que niegue a alguien los bienes indispensables y necesarios. Este compromiso de comunión dio lugar a un esfuerzo organizativo de la caridad", indicó.
Al citar estos datos de la historia de la Iglesia, señaló el Arzobispo, el Papa ha querido recordar que "la caridad no es una especie de actividad de asistencia social", sino que pertenece a la naturaleza de la Iglesia "y es manifestación irrenunciable de su propia esencia". Además, explicó, el Pontífice recuerda que "la Iglesia es la familia de Dios en el mundo, en la que no debe haber nadie que sufra por falta de lo necesario".
"Las graves dificultades actuales en el acceso a la vivienda o la inestabilidad laboral que sufren trabajadores de todas las edades son cuestiones que a todos nos deben preocupar, pues generan nuevos pobres sin esperanza y truncan proyectos de vida familiar. Los católicos hemos de poner nuestro esfuerzo y empeño para bien de los más débiles e indefensos", indicó el Prelado en su carta.