El Obispo de Salamanca, Mons. Carlos López Hernández, pidió no tener miedo de protestar ante el crimen del aborto porque aunque "la responsabilidad moral y política" de que sea legal en España recae sobre el Estado, "también en la Iglesia tenemos nuestra parte de responsabilidad" por no formar adecuadamente a los menores.
"‘Crimen abominable’ es el durísimo calificativo que el Concilio Vaticano II aplica al aborto. El generalizado reconocimiento legal de esta práctica y su creciente aceptación social constituyen una de las páginas más negras de la trágica historia del siglo XX y son un claro exponente de un proceso de deterioro espiritual, moral y jurídico", expresó el Prelado en su carta.
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En el texto, el Obispo de Salamanca recordó que según el marco legal vigente, el aborto está permitido cuando existe "grave peligro para la vida o salud física o psíquica" de la madre, cuando el embarazo es producto de una violación, o cuando el feto "ha de nacer con graves taras físicas o psíquicas".
Sin embargo, tras citar cifras del Instituto de Política Familiar, Mons. López Hernández preguntó si es posible que el embarazo "produzca cada año ochenta mil casos de grave peligro para la vida o la salud física o psíquica de la madre". "Bien podemos afirmar que nos hallamos de hecho ante el aborto libre y que legalmente no hay posibilidad de impedir ni siquiera esos abortos de bebés de ocho meses", denunció.
"Nos hallamos ante la realidad de un verdadero infanticidio camuflado", advirtió el Prelado. Añadió que el primer responsable de "esta lamentable situación legal y social" es el Estado, que promueve "la idolatría del sexo sin consecuencias, que es la causa originante del incesante incremento de la práctica abortiva entre las adolescentes y de la creciente insensibilidad moral ante semejante crimen".
Sin embargo, Mons. López Hernández afirmó, "también en la Iglesia tenemos nuestra parte de responsabilidad. No hemos asumido con responsabilidad nuestra obligación de ofrecer a los niños y adolescentes católicos una adecuada formación y educación de la afectividad y la sexualidad en conformidad con el Evangelio y la doctrina de la Iglesia. Y parece que nos da miedo a veces levantar la voz contra el abominable crimen del aborto".