Al recibir hoy en el Vaticano al arzobispo de Canterbury, Rowan Williams, primado de la Comunión Anglicana, el Papa Benedicto XVI alentó a proseguir el diálogo teológico a pesar de las dificultades presentes como las diferencias sobre el ministerio ordenado y ciertas enseñanzas morales que han sido influenciadas por presiones negativas propias del mundo secularizado occidental.
Durante la visita del arzobispo británico, que coincide con el cuadragésimo aniversario del encuentro del entonces arzobispo de Canterbury, Michael Ramsey con el Papa Pablo VI, el Santo Padre recordó la larga historia de las relaciones entre la Sede Romana y la de Canterbury, comenzadas hace más de 1400 años y agradeció la presencia de representantes de la Comunión anglicana en los funerales de Juan Pablo II y en la inauguración del pontificado actual.
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El Pontífice valoró positivamente avances en las relaciones mutuas durante los últimos 40 años como "el trabajo de la comisión de diálogo teológico, la amistad y las buenas relaciones entre anglicanos y católicos, que han contribuido a crear un nuevo contexto para dar testimonio compartido del Evangelio de Jesucristo, las visitas de los arzobispos de Canterbury a la Santa Sede y la reunión del episcopado anglicano y católico en Canadá, a raíz de la cual se creó una comisión episcopal conjunta para individuar formas apropiadas de expresar en la vida eclesiástica los progresos conseguidos".
Sin embargo, señaló el Papa, en el contexto actual del mundo secularizado occidental, “hay muchas presiones e influencias negativas que afectan a los cristianos y a las comunidades cristianas. Acontecimientos recientes, sobre todo acerca del ministerio ordenado y de ciertas enseñanzas morales, han repercutido no solo en las relaciones dentro de la Comunión anglicana, sino también en las relaciones entre la Comunión anglicana y la Iglesia Católica”.
Los anglicanos han permitido los últimos años no solo la “ordenación” sacerdotal y episcopal de mujeres, incluso divorciadas, sino también de hombres cuya homosexualidad han hecho pública. La más reciente y que produjo serias divisiones en la comunión anglicana, así como significativas tensiones en el diálogo ecuménico con la Iglesia Católica, fue la del obispo de la iglesia episcopaliana de Estados Unidos, Gene Robinson, en 2003.
“Creemos que estos temas, sobre los que discute en estos momentos la Comunión anglicana, son de vital importancia para la predicación del Evangelio en su integridad, y que los debates actuales redundarán en el futuro de nuestras relaciones. Es de desear que el trabajo del diálogo teológico, que ha registrado no pocos acuerdos sobre estos y otros importantes argumentos teológicos, se siga tomando en serio".