El nuevo Presidente de la Fundación San Pablo-CEU y de la Asociación Católica de Propagandistas (ACdP), Alfredo Dagnino, afirmó que "el valor incondicional de la vida humana, la dignidad sagrada del matrimonio y la familia, la libertad de los padres en la educación de los hijos, son cuestiones que hoy en la vida pública no admiten componenda, renuncia ni negociación"
Así lo indicó al inaugurar el 8° Congreso Católicos y Vida Pública "El Desafío de ser hombre", en donde también señaló que los católicos tienen el derecho "de reclamar el lugar que nos corresponde y tenemos tareas obligadas en ellos: la dignidad de la persona humana, los derechos naturales que le son propios, derechos superiores que tenemos por el hecho de nacer, derechos naturales de raíz divina e intangibles para el legislador, que deben ser nuestra referencia constante".
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Recordando las palabras del Papa Benedicto XVI a los representantes del Parlamento Europeo, precisó que "hay aspectos en la vida pública respecto a los cuales los católicos tenemos no el derecho, sino el deber moral de recordar el sentido y la trascendencia de lo que está en juego".
Por ello, expresó Dagnino, toca a los católicos "denunciar y alzarnos frente al progresivo arraigo en nuestras sociedades de una cultura de la muerte que lleva al desprecio sistemático de la vida sin repercusión jurídica" y frente "al desconocimiento de los derechos de los más débiles, frente a las legislaciones que tergiversan, difuminan y desnaturalizan la concepción natural del matrimonio y la familia".
Asimismo denunció "la ordenación de un sistema educativo que no atiende realmente la dimensión espiritual del hombre, y que no protege suficientemente el derecho de los padres a que los hijos puedan educarse de acuerdo con sus convicciones religiosas y morales".
Vida humana es valor fundamental
Por su parte, el Nuncio Apostólico en España, Mons. Manuel Monteiro, afirmó que son "valores irrenunciables la dignidad intrínseca de cada hombre, la vida humana como valor fundamental y el valor de la identidad singular de todo ser humano", cuestiones que en su opinión son "a veces olvidadas por la ciencia y la tecnología actual".
El Nuncio lamentó que la sociedad actual prefiere "el entretenimiento, la innovación y la tecnología sin rumbo, o la moda como frivolidad. Cuestiones reflejadas en el arte, la literatura, el teatro, el cine y los medios de comunicación, frente a la trascendencia, la espiritualidad y la vida eterna, no tienen significado".
"Esta ideología inmanente lleva a consecuencias desastrosas: la ética está en lo que decide la sociedad o la mayoría de un grupo humano", advirtió Mons. Monteiro y recordó que "por la historia conocemos las trágicas consecuencias de estas categorías mentales".