La Conferencia Episcopal Chilena publicó un mensaje al terminar su Asamblea Plenaria en el que piden "volver la mirada y el corazón a Dios" para superar las "incoherencias sociales" que afectan al país.
"Es bueno reconocer que la semilla de muchas incoherencias sociales se encuentran en la pretensión de ignorar y alejar a Dios de la vida pública para recluirlo al estrecho ámbito de lo individual y de lo íntimo. Un mundo privado de Dios se vuelve contra el hombre", advirtieron.
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Los obispos señalaron que "con el Papa Benedicto XVI reafirmamos la convicción que el ‘sí’ a Dios es también el ‘sí’ más grande a la convivencia humana, guiada por la verdad y el amor".
Desde Punta de Tralca, los prelados explicaron que solo la fe "permite discernir luces y sombras y reconocer el paso de Dios por nuestra vida. Sabemos que Cristo, muerto y resucitado, nos ha invitado a participar de la gracia de ser discípulos y misioneros suyos. Es esta vocación la que nos invita a estar presentes activamente y dar respuestas positivas a los desafíos históricos de una Patria que se prepara a celebrar el Bicentenario de su vida independiente".
"Junto a muchas personas de nuestro país, reconocemos estar viviendo situaciones desafiantes y algunas particularmente negativas, que requieren juicios de sabiduría y decisiones acertadas para no detener el paso hacia una vida que queremos, cada vez más auténticamente humana y cristiana", indicaron.
Los obispos abordaron las recientes manifestaciones estudiantiles y los brotes de violencia. "Nos siguen preocupando los delitos consumados en el seno de la familia, los asaltos por motivo de dinero y los índices de drogadicción; todo esto, en un país donde crecen los bienes materiales y las posibilidades reales de una mejor vida social. Hemos levantado nuestra voz para defender el derecho y la dignidad de la vida humana, reiteradamente amenazada por proposiciones sobre el aborto. Hemos defendido también la belleza del amor y la vida familiar, ante intervenciones públicas que no respetan su sentido integral", indicaron.
Asimismo, consideraron de "vital importancia mantener viva y despierta la conciencia moral, educándola a la luz de la recta razón y del Evangelio, para contribuir a la construcción de un país más justo y transparente, agradecido del don de la vida y por todo aquello que la hace más digna. No podemos acostumbrarnos o justificar formas de corrupción personal o institucionalizada, que pasan por encima de la ley, aunque sean pequeñas, o estilos de vida que no manifiestan lo bello, lo bueno y lo generoso que hay en la herencia de nuestro pueblo y del servicio público".
Finalmente, invitaron "a todos a contribuir activamente en la construcción de proyectos sociales y políticos que superen visiones mezquinas de intereses partidistas o de categoría social y que tengan, en cambio, como objetivo un Chile más humano y más justo, especialmente a favor de los más pobres. Pensamos en los campos de la familia, de la educación, del trabajo, de la vivienda digna, de la relación con los pueblos originarios, de la ecología y de las comunicaciones sociales".