En declaraciones a la prensa italiana, el Cardenal Javier Lozano Barragán, Presidente del Pontificio Consejo para la Pastoral de la Salud, consideró como una "crueldad" la propuesta de practicar la eutanasia a bebés nacidos con alguna discapacidad grave en Reino Unido.
El Purpurado recordó que "la posición de la Iglesia no varía, la vida no pertenece al hombre sino al Señor. No se puede quitar la vida, ya sea con métodos directos o indirectos, a un ser inocente. La eutanasia no está nunca admitida. Esto vale también para los enfermos terminales y para los niños, incluidos los que nacen con graves problemas".
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Según el Cardenal Lozano, "poner fin a la vida de una persona inocente, aunque sea un niño nacido prematuramente y gravemente enfermo, equivale a practicar la eutanasia y esto es una acción ilícita, además de un acto de crueldad".
Asimismo, recordó que la "Iglesia Católica no se impone, sino que expone su doctrina" ya que "la dignidad de la persona humana se basa en un principio primordial que es la vida y que nosotros defendemos de principio a fin".
Precisó que "no defendemos el encarnizamiento médico, es decir, cuando se trata del uso de medicamentos inútiles y desproporcionados que sirven a prolongar la dolorosa agonía de una persona que estaría ya cercana a la muerte es otra situación. Nadie puede ser obligado a aceptar este tipo de terapias. Pero en el caso que se plantea se trata de asesinar, hace falta recordar que el quinto mandamiento dice no matarás".
Al mismo tiempo, en Gran Bretaña, el obispo anglicano de Southwark, Mons. Tom Butler, precisó que su iglesia no apoya la eutanasia de bebés y pidió distinguir la eutanasia del rechazo al ensañamiento terapéutico.