En su mensaje para la próxima Jornada Mundial del Migrante y el Refugiado, el Papa Benedicto XVI propuso a la Familia de Nazaret, que debió huir a Egipto para sortear la persecución de Herodes, como modelo de vida para las familias afectadas por el fenómeno de la migración.
En el texto publicado hoy, el Pontífice explica que “en el drama de la Familia de Nazaret, obligada a refugiarse en Egipto, percibimos la dolorosa condición de todos los migrantes, especialmente de los refugiados, de los desterrados, de los evacuados, de los prófugos, de los perseguidos. Percibimos las dificultades de cada familia migrante, las penurias, las humillaciones, la estrechez y la fragilidad de millones y millones de migrantes, prófugos y refugiados. La Familia de Nazaret refleja la imagen de Dios custodiada en el corazón de cada familia humana, si bien desfigurada y debilitada por la emigración”.
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Al referirse al tema de la próxima Jornada, “La familia migrante”, el Pontífice abordó las muchas dificultades que encuentra.
“La lejanía de sus componentes y la frustrada reunificación son a menudo ocasión de ruptura de los vínculos originarios. Se establecen nuevas relaciones y nacen nuevos afectos; se olvida el pasado y los propios deberes, puestos a dura prueba por la distancia y la soledad. Si no se garantiza a la familia inmigrada una real posibilidad de inserción y participación, es difícil prever su desarrollo armónico”, explicó.
En este sentido, aseguró que “la Iglesia anima la ratificación de los instrumentos legales internacionales propuestos para defender los derechos de los migrantes, de los refugiados y de sus familias, y ofrece, en varias de sus instituciones y asociaciones, aquella defensa que se hace cada vez más necesaria”.
“Se han abierto, para tal fin, centros de escucha para migrantes, casas para su acogida, oficinas de servicios para las personas y las familias, y se han puesto en marcha otras iniciativas para satisfacer las crecientes exigencias en este campo”, agregó.
Asimismo, explicó que “actualmente, se está trabajando mucho por la integración de las familias de los inmigrantes, no obstante quede aún tanto por hacer”.
El Papa hizo una mención especial de las dificultades que enfrentan las mujeres “que abandonan el país de origen en busca de mejores condiciones de vida, en pos de perspectivas profesionales más alentadoras”.
“No son pocas las mujeres que terminan siendo víctimas del tráfico de seres humanos y de la prostitución. En las reunificaciones familiares las asistentes sociales, en particular las religiosas, pueden llevar a cabo un beneficioso servicio de mediación, digno de una creciente valorización”, advirtió.
Asimismo, aludió a las familias de los refugiados, “cuyas condiciones parecen empeorar con respecto al pasado, también por lo que atañe a la reunificación de los núcleos familiares. En los territorios destinados a su acogida, junto a las dificultades logísticas, y personales, asociadas a los traumas y el estrés emocional por las trágicas experiencias vividas, a veces se suma el riesgo de la implicación de mujeres y niños en la explotación sexual como mecanismo de sobrevivencia”.
“En estos casos, es necesaria una atenta presencia pastoral que, además de prestar asistencia capaz de aliviar las heridas del corazón, ofrezca por parte de la comunidad cristiana un apoyo capaz de restablecer la cultura del respeto y redescubrir el verdadero valor del amor”, indicó.
El Papa también mencionó a “los estudiantes de otros países, que se hallan lejos de su hogar, sin un adecuado conocimiento del idioma, a veces carentes de amistades, y a menudo dotados con becas insuficientes. Su condición se agrava cuando se trata de estudiantes casados. Con sus instituciones, la Iglesia se esfuerza por hacer menos dolorosa la ausencia del apoyo familiar de estos jóvenes estudiantes, ayudándolos a integrarse en las ciudades que les reciben, poniéndolos en contacto con familias dispuestas a acogerles y a facilitar el conocimiento recíproco”.
La Jornada Mundial del Migrante y el Refugiado se celebrará el 14 enero de 2007.
http://www.aciprensa.com/Docum/benedictoxvi/documento.php?id=87