La Conferencia Episcopal Mexicana (CEM), expresó su oposición al proyecto de Ley de Sociedades de Convivencia que "veladamente quiere dar origen a una legislación que fomenta mecanismos que aprueben los matrimonios entre personas del mismo sexo, incluso con el derecho de adoptar niños".
A través de un comunicado, la CEM se pronunció sobre dicha iniciativa que podría ser aprobada mañana por la Asamblea Legislativa. "Una ley como esta solo ve y pretende dar soluciones incompletas y momentáneas a un problema que es más complejo de lo que aparenta ser", advirtió.
Recibe las principales noticias de ACI Prensa por WhatsApp y Telegram
Cada vez es más difícil ver noticias católicas en las redes sociales. Suscríbete a nuestros canales gratuitos hoy:
El texto recordó que la Iglesia "ve con verdadero amor" a todas las personas "sin importar preferencias ni inclinaciones", pero, aclaró, "fieles a la misión de Pastores, nos oponemos tajantemente a actitudes que dañen al mismo hombre en su proyecto integral de vida".
El comunicado indicó que los obispos apoyan todas aquellas leyes "que dignifiquen al ser humano" y lo hagan "gozar del innato deseo de felicidad que Dios ha sembrado en sus corazones".
También reafirmó que "el matrimonio es la base de la familia, como la familia es el vértice del matrimonio". "La familia no está en función de la sociedad y del Estado, sino la sociedad y el Estado están en función de la familia", y que "conforme sea la familia, será la nación, porque así es el hombre. El futuro del hombre se decide en la familia", advirtió.
El texto, firmado por el Secretario General de la CEM, Mons. Carlos Aguiar Retes, indicó que "la Iglesia ha sido siempre respetuosa de la ley natural, porque es en la misma naturaleza del hombre donde se encuentra su plenitud y no sólo en las leyes positivas. El mismo cuerpo humano expresa la diferencia fundamental y complementaria entre un hombre y una mujer".
Por ello, los obispos proponen a los legisladores hacer leyes "en favor de la dignidad del ser humano y de la familia, ya que la familia es la verdadera medida de la grandeza de una nación, del mismo modo que la dignidad del hombre es la auténtica medida de la civilización".