El Arzobispo de Kirkuk (norte de Irak), Mons. Louis Sako, se manifestó en contra de la iniciativa de los obispos de Estados Unidos para detener la posible extinción de cristianos del país, porque "generaría más tensión que alivio en los cristianos".
El Prelado contestó a la intervención de la USCCB que solicitó a la Secretaria de Estado, Condoleezza Rice, dar asilo a los cristianos perseguidos y crear una zona segura para ellos en los llanos de Nínive, dándoles así mayor protección.
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En entrevista concedida a la organización Ayuda a la Iglesia que Sufre (AIS), Mons. Sako sugirió que la iniciativa podría dividir a los fieles dado el sentimiento contra Estados Unidos que existe en Irak.
"No nos hemos asimilado con las fuerzas de la coalición, por lo tanto no tenemos nada que hacer con occidente. Somos cristianos, somos ciudadanos como todos los demás", explicó y destacó los lazos existentes entre los cristianos y la cultura islámica.
El Arzobispo de Kirkuk también manifestó que el éxodo de cristianos desde la ciudad de Basra, ubicada al sureste del país, está bastante avanzado y solo quedan unas 200 familias en esa región. El Obispo local, Mons. Djibrail Kassab, también dejó la diócesis y sirve ahora a comunidades de exiliados en Sydney, Australia.
De acuerdo a Mons. Sako, la sede de Basra quedará vacante y actualmente existe solo un sacerdote trabajando en esa diócesis. Al respecto señaló que "ahora casi no hay futuro para la Iglesia en muchas partes del país, incluyendo Bagdad, Mosul y Basra".