El Obispo de Huesca y Jaca, Mons. Jesús Sanz Montes, advirtió al Gobierno que con el Proyecto de Ley de investigación biomédica que impulsa se pretende tomar el lugar de Dios porque juega con la vida, decidiendo quién vive y quién no.
"Por más que lo envuelvan con palabras confusas, rimbombantes, o de calculada ambigüedad, jugar así con la vida, como pretende el Proyecto de Ley de investigación biomédica del Gobierno español, es un atentado contra la vida anteponiendo los intereses económicos e ideológicos de partido al bien común más básico: la vida, y contra el ser más vulnerable: el embrión humano", afirmó en un comunicado.
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El Prelado recordó que a lo largo de la historia el hombre ha intentado "con más sutileza o más grosería, rescribir esa arcana tentación de polemizar con Dios, de negociar con Él, de desplazarle, de ignorarle… o de pretender llegar a su misma destrucción".
Dijo que hoy estamos "ante una circunstancia que nunca antes se había dado tan masivamente", como es querer controlar el don de la vida. "Querer ser Dios hoy, pasa nada menos que por el adueñamiento de la vida, por el control de esa vida en todas sus fases y en todas sus formas. Un control que decide qué hay que eliminar y cuándo, en qué hay que engañar y cómo, a quién hay que aislar y por qué", señaló.
Mons. Sanz explicó que tal como afirma el pronunciamiento del Comité Ejecutivo de la Conferencia Episcopal Española, la Iglesia no se opone al avance de la ciencia, sino a aquellas "formas de investigación que incluyen la eliminación programada de seres humanos ya existentes, aunque aún no hayan nacido".
El texto del Episcopado advierte que "la historia misma ha condenado en el pasado y condenará en el futuro esa ciencia, no sólo porque está privada de la luz de Dios, sino también porque está privada de humanidad".