Este medio día miles de peregrinos se dieron cita en la Plaza de San Pedro para rezar el Ángelus dominical con el Papa Benedicto XVI, quien recordó que en la base del compromiso misionero está el redescubrimiento del valor del bautismo.

El Santo Padre meditó sobre el Evangelio de hoy destacando que la oración del ciego Bartimeo “toca el corazón de Cristo, que se detiene, lo hace llamar y lo cura”.

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“El momento decisivo –prosiguió- ha sido el encuentro personal, directo, entre el Señor y aquel hombre sufriente. Se encuentran uno frente al otro: Dios con su voluntad de curar y el hombre con su deseo de ser curado. Dos libertades, dos voluntades convergentes: ‘¿Qué quieres que haga?’, le pregunta el Señor. ‘¡Que recupera la vista!’, responde el ciego. ‘Ve, tu fe te ha salvado’. Con estas palabras se realiza el milagro”.

El Pontífice afirmó, tras recordar que Bartimeo “venido a la luz siguió al Señor por el camino”, que “esta narración, en la esencialidad de sus pasajes, evoca el itinerario del catecúmeno hacia el sacramento del Bautismo, que en la Iglesia antigua era también llamado ‘Iluminación’”.

Asimismo definió la fe como “un camino de iluminación” y describiendo tal recorrido agregó que “parte de la humildad de reconocerse necesitados de salvación y llega al encuentro personal con Cristo, que llama a seguirlo por el camino del amor”.

El redescubrimiento del valor del propio Bautismo está en la base del compromiso misionero de todo cristiano, para que veamos en el Evangelio que quien se deja fascinar por Cristo no puede no testimoniar el gozo de seguir sobre sus pasos”, continuó el Papa.

Tras estas palabras se rezó el Ángelus y el Papa impartió su Bendición Apostólica a todos los presentes.