Durante el encuentro sostenido con los profesores y alumnos de las Universidades y Ateneos pontificios con ocasión del inicio del año académico, el Papa Benedicto XVI exhortó a los estudiantes a fortalecer su vida espiritual y prepararse para recibir la verdad que viene de Dios y no es fruto del consenso del mundo.

Hablando de la diversidad de origen de los estudiantes de los centros de estudio pontificios, el Santo Padre pidió que “al inicio de un nuevo año, alabemos al Señor por esta particular comunidad de profesores y estudiantes, que manifiesta en modo elocuente la universalidad y la unidad de la Iglesia Católica. Una comunidad aún más bella porque se dirige principalmente a los jóvenes, dándoles la oportunidad de entrar en contacto con instituciones de alto valor teológico y cultural, y ofreciéndoles, al mismo tiempo, la posibilidad de enriquecedoras experiencias eclesiales y pastorales”.

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El Santo Padre insistió luego en “la importancia prioritaria de la vida espiritual y la necesidad de preocuparse, junto con el crecimiento cultural, por una equilibrada maduración humana y una profunda formación ascética y religiosa”.

“Quien quiere ser amigo de Jesús y convertirse en autentico discípulo ya sea seminarista, sacerdote, religioso, religiosa o laico; no puede no cultivar una intima amistad con Él en la meditación y en la oración”, agregó el Papa.

Benedicto XVI destacó que “la profundización de las verdades cristianas y el estudio de la teología o de otra disciplina religiosa presuponen una educación en el silencio y la contemplación, porque es necesario ser capaces de escuchar con el corazón a Dios que habla”.

El Pontífice explicó que “el pensamiento tiene siempre necesidad de purificación para poder entrar en la dimensión en la cual Dios pronuncia su Palabra creadora y redentora, su Verbo ‘salido del silencio’, para usar la bella expresión de San Ignacio de Antioquía”.

“Solo si provienen del silencio y de la contemplación, nuestras palabras pueden tener algún valor y utilidad, y no caer en la inflación de los discursos del mundo, que buscan el consenso de la opinión común”.

El Papa subrayó además que “quien estudia en un Instituto eclesiástico debe disponerse a la obediencia a la verdad y por tanto cultivar una especial ascesis del pensamiento y de la palabra”. “Tal ascesis –continuó– se basa en la familiaridad amorosa con la Palabra de Dios y diría primero incluso con aquel ‘silencio’ en el cual la Palabra se origina en el diálogo de amor entre el Padre y el Hijo en el Espíritu Santo. A tal diálogo también nosotros tenemos acceso mediante la santa humanidad de Cristo”.

vuestro apostolado será mañana rico
se preparen estudiando con seriedad tendiendo a la santidad