El Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso presentó esta mañana en el Vaticano el Mensaje con motivo del final del Ramadán en el que resalta la necesidad de que cristianos y musulmanes sostengan un diálogo confiado con el fin de afrontar juntos los retos que plantea el mundo de hoy.

El mensaje, elaborado por dicho dicasterio y firmado por su Presidente y Secretario, Cardenal Paul Poupard y Arzobispo Pier Luigi Celata respectivamente, lleva por título “Cristianos y musulmanes, en diálogo confiado para afrontar juntos los retos del mundo” y ha sido publicado en inglés, francés, italiano y árabe.

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"Es hermoso poder compartir con vosotros este momento significativo en el ámbito de nuestras relaciones de diálogo. Las circunstancias particulares que acabamos de afrontar juntos, muestran también que, si a veces el camino de un diálogo auténtico puede ser arduo, es en cambio cada vez más necesario", señala el documento.

Tras constatar algunos serios problemas por los que atraviesa la época actual como “la injusticia, la pobreza, las tensiones y conflictos internos a los países”, además de la violencia y el terrorismo, el mensaje pregunta si, como cristianos y musulmanes, “¿no estamos llamados en primer lugar a ofrecer nuestra aportación específica a la solución de esta grave situación y de estos problemas tan complejos?”.

“Está en juego, probablemente, la credibilidad de las religiones, pero también la de los líderes religiosos y la de todos los creyentes. Si no nos comportamos como creyentes, muchos se interrogarán sobre la utilidad de las religiones y sobre nuestra coherencia como hombres y mujeres que se postran ante Dios”, asegura.

Sobre el particular, el mensaje dicasterial recuerda que “el amor debe ponerse al servicio de la vida cotidiana, pero también debe buscar soluciones justas y pacíficas a los graves problemas que aquejan al mundo”.

"Allí donde podamos trabajar juntos, no lo hagamos separados. El mundo, y nosotros con él, tiene necesidad de cristianos y musulmanes que se respeten, se estimen y ofrezcan el testimonio de amarse y de actuar juntos por la gloria de Dios y el bien de todos los seres humanos. Será una importante aportación para restablecer y reforzar la paz dentro de las naciones y entre los pueblos”, indica.