Al celebrarse ayer una nueva edición de la “Jornada del Papa” que conmemora desde hace seis años en Polonia la elección de Karol Wojtyla como sucesor de San Pedro, la Televisión Polaca emitió un mensaje del Papa Benedicto XVI que resalta la “vida de entrega por amor a Cristo y a los hombres” del Pontífice polaco, testimonio “que ha enriquecido las vicisitudes de toda la humanidad”.
Al recordar el día de la elección de Juan Pablo II, el Santo Padre afirma sentir aún "el eco de sus palabras", cuando respondió que aceptaba la elección de los cardenales durante el segundo cónclave de 1978, y recuerda "su llamado profético": "¡No tengáis miedo! ¡Abrid las puertas a Cristo!".
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"Doy gracias a Dios porque con estas imágenes en el corazón he podido transcurrir más de dos decenios a su lado, gozando de su benevolencia y amistad, y hoy puedo seguir su obra bajo su mirada protectora desde la Casa del Padre”, señala el Pontífice en su mensaje.
“Doy gracias a Dios –continúa– por su vida de entrega por amor a Cristo y a los hombres, que ha enriquecido las vicisitudes de toda la humanidad con la gracia del Espíritu Santo, en actitud de fraternidad y de paz. Finalmente, doy gracias a Dios por el testimonio de su sufrimiento unido a la tribulación de Cristo hasta la muerte, testimonio que nos da la fuerza para vivir y nos fortalece en la esperanza de la eternidad".
Más adelante, Benedicto XVI resalta el amor de Juan Pablo II por la Iglesia en Polonia, que amaba como a una madre y la amaba también "como comunidad siempre unida con sus pastores, expuesta en el pasado al sufrimiento por diversas persecuciones, pero siempre fiel a los valores evangélicos". Cuando Polonia reconquistó la libertad, añade el Papa, Juan Pablo II "cuidó de que sus compatriotas aprendieran a vivir la libertad de los hijos de Dios y no de los hijos de este mundo, y para que conservaran la fe".
"Consciente de este patrimonio que ha dejado a la Iglesia que está en Polonia, he venido este año entre vosotros con la exhortación paulina: ‘Permaneced fuertes en la fe’. Pido a Dios que conserve la fe a las generaciones futuras de esta tierra noble.
Igualmente, el Santo Padre agradece “todos los signos de unión con el Papa que ha sucedido a vuestro gran compatriota” y confió a la oración de los polacos su servicio a la Iglesia y al mundo.
Al concluir su mensaje, Benedicto XVI pide que "la memoria de Juan Pablo II, el estudio de su obra y de su enseñanza acerquen a Cristo" a todos los polacos y que sean el “núcleo de la unidad en la solicitud común por el futuro de la Iglesia y de la nación”.