El Arzobispo de Santiago, Cardenal Francisco Javier Errázuriz, expresó su confianza de que el Gobierno de Michelle Bachelet cumplirá su compromiso de no legalizar el aborto.
En declaraciones a Canal 13, el Purpurado afirmó que "respecto al tema del aborto, tengo la seguridad tanto de la Presidenta de la República como de la Ministra de la Presidencia, de decir 'en este Gobierno' no habrán leyes que legalicen el aborto".
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Sobre la repartición de la píldora del día siguiente a adolescentes sin el consentimiento de sus padres, el Cardenal señaló que lo primero es confirmar si esta "es abortiva o no", porque de serlo, "uno no puede usar algo que va a causar la muerte de una persona".
Recordó que a la Iglesia le preocupa la formación de los jóvenes, la relación de padres e hijos y todo lo concerniente a la vida en familia. "Hay programas de formación previos al matrimonio que son extraordinarios, en los cuales se ayuda a los novios a tener su propio proyecto como una realidad estable, duradera, abierta a la familia", indicó. Dijo que el hecho de que estas iniciativas se realicen "en silencio", no quiere decir que no existan.
Asimismo, advirtió que es un "gran problema" que los gobiernos, al decir que "hay muchos modelos de familia", decidan no promover ninguno. Indicó que este "es un error tremendo" porque aunque haya "personas que no entienden su unión como un matrimonio", tal como la Iglesia lo entiende, un país no puede ser indiferente a la existencia e importancia de las familias nucleares.
El Cardenal Errázuriz recordó que la existencia de la familia nuclear, con padre, madre e hijo, "influye en la pobreza, en la delincuencia, en la misma precocidad de las relaciones sexuales". "¡Cómo es posible que el Gobierno no mire el bien común sino solo las libertades individuales, y por lo tanto que no promueva aquello que es favorable al país!", cuestionó.
Finalmente, el Purpurado pidió respetar a las personas con tendencia homosexual porque muchas veces sufren maltratos. Sin embargo, señaló que la fórmula que se utilice para reglamentar la unión entre personas del mismo sexo no puede ser una que se convierta en "matrimonio", a pesar que sobre el papel no use esta palabra.
"Hay que examinar con cuidado si es que esta nueva fórmula que se quiere gestar crea un nuevo estado civil o no, vale decir si la unión es exclusiva y excluyente y, por lo tanto, si a pesar de no usar la palabra, se convierte en algo muy similar al matrimonio o no. Es algo distinto a hacer una alianza respecto a bienes o a ser unión exclusiva y excluyente que al final termina siendo algo igual al matrimonio", expresó.