Al referirse al nuevo modelo de financiación de la Iglesia Católica en España, el Arzobispo de Madrid, Cardenal Antonio María Rouco, sostuvo que el sostenimiento material para la realización de su misión "ha sido y será siempre una responsabilidad de sus hijos y una obligación" de todos los bautizados.
"El sostenimiento material de la Iglesia para que pueda realizar su servicio de la Palabra, de los Sacramentos y del testimonio de la caridad es, ha sido y será siempre una responsabilidad de sus hijos y una obligación nacida de las exigencias del mandamiento del amor que les vincula y une con su Señor y Salvador", afirmó el Purpurado en su habitual alocución dominical en el programa diocesano de la cadena COPE.
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En su intervención, el Cardenal recordó que "las necesidades materiales o económicas de la Iglesia, inherentes intrínsecamente a la posibilidad del recto ejercicio de su misión, han sido siempre cubiertas por la generosidad de sus fieles". Las formas en que se ha prestado dicha ayuda, precisó, han sido diversas a lo largo de la historia, pero "el principio de la contribución de los fieles ha permanecido inalterable como signo e instrumento obligado de su comunión con la Iglesia y sus Pastores".
Sobre el nuevo modelo acordado recientemente por el Estado y la Conferencia Episcopal Española, el Cardenal Rouco señaló que "no se resuelve en su totalidad,¡ni mucho menos!, el problema de lo que significan las necesidades reales de la financiación de la Iglesia en España", ya que "lo que se recauda por esta vía de autofinanciación de la Iglesia, facilitada por el Estado, no sobrepasa el 30 por ciento de lo que implican sus necesidades pastorales", y que "en nuestra arquidiócesis de Madrid apenas supera el 10 por ciento".
Por eso, continuó el Purpurado, "la solidaridad activa de los católicos con la Iglesia en España y en Madrid continúa siendo vitalmente imprescindible y no debe decaer ni en su volumen material, ni en su intensidad espiritual".
"Al lado de la colaboración por la vía de la deducción del impuesto sobre la renta, propiciada por el Estado, y que no cuesta nada al contribuyente, es preciso seguir ofreciendo la generosa aportación ordinaria y perseverante de todos los fieles en la medida de sus posibilidades", concluyó.