El Arzobispo de Sevilla, Cardenal Carlos Amigo, indicó que el nuevo modelo de financiación de la Iglesia Católica acordado el viernes último entre la Conferencia Episcopal de España (CEE) y el Ejecutivo, "no es un regalo del Gobierno", sino "un derecho de los ciudadanos que exigen lo que necesitan".
Con ocasión de la presentación de su libro "El día a día de la fe. 24 horas con Dios", el Purpurado afirmó que la religión "es un bien social y, como tal, merece ser financiada", entre otras cosas, porque proporciona a los ciudadanos alimento cultural y, particularmente, espiritual, además de dar "de comer a los indigentes" y atender a los inmigrantes.
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Por estos y otros beneficios que la Iglesia aporta a la sociedad es que ésta tiene que "hacer propaganda para que los fieles pongan la crucecita" en la casilla del formato del pago de impuestos, dijo el Cardenal.
Por eso, según el Cardenal Amigo, lo lógico sería "que nos aplaudiesen por ayudar a los demás", como él aplaude a las ONG, asegurando que "es de justicia que se les eleve también a ellas el porcentaje al 0,7 por ciento".
"No nos molesta que se ayude a los demás, pero también es de justicia que se reconozca la labor social, cultural y religiosa de la Iglesia", aseguró
Por último, el Purpurado señaló que en esta medida el Ejecutivo ha demostrado una actitud de "laicidad inteligente", postura que condujo a que "este Gobierno haya tenido una libertad para llegar a este acuerdo que, posiblemente, no tenían los anteriores".
A esta "laicidad inteligente" del Gobierno, el Cardenal Arzobispo contrapuso la "laicidad zafia y malhumorada" de la "nueva inquisición laica" que "trata de llevar todos los días a la pira a la Iglesia, al Papa, a los obispos, a los curas y a todo lo que huela a religión".