El P. Ricardo Antonio Romero de 39 años, fue brutalmente asesinado a golpes el lunes en la provincia de Sonsonate, en el oeste de El Salvador.

Según la policía local, el Presbítero, ex párroco de la Catedral de Sonsonate, estaba recorriendo una calle a plena luz en la localidad de Acajutla, cuando fue bloqueado por un grupo de desconocidos que cayeron sobre él y comenzaron a golpearlo con piedras y barras de madera hasta darle muerte.

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El motivo del asesinato aún es desconocido; sin embargo, las fuentes locales señalan que el modo de proceder ha sido el típico de los  pandilleros pertenecientes a las conocidas “maras” que operan en la zona, y que son responsables de por lo menos una muerte al día.

La policía dijo que la muerte del religioso habría ocurrido a la 1.30 hora local (0730 GMT).

Romero era párroco en Santa Catarina Masahuat, una comunidad indígena en Sonsonate, donde empleados de la casa parroquial manifestaron sorpresa por el asesinato.

“Realmente no sabemos nada, sólo que mataron al padre y estamos esperando que lleguen sus restos para velarle”, dijo a Reuters uno de los empleados en una llamada telefónica.

También Tutela Legal del Arzobispado, la oficina de los derechos humanos de la Iglesia Católica, se manifestó sorprendida por el crimen y dijo que iniciarían una investigación para conocer las causas, en medio de una ola de violencia que a diario cobra al menos diez vidas en el país.