El Arzobispo de La Plata, Mons. Héctor Aguer, dijo este sábado que lo que el Papa Benedicto XVI enseñó en la Universidad de Ratisbona eran los fundamentos para el auténtico diálogo entre culturas y entre religiones y que su crítica se dirigía “al occidente secularizado, que cae en el desprecio de Dios y de lo religioso".

"La lección de Benedicto XVI expresaba los fundamentos del auténtico diálogo entre las culturas y del auténtico diálogo interreligioso" y "critica al occidente secularizado, que cae en el desprecio de Dios y de lo religioso", explicó el Prelado argentino en su programa televisivo semanal "Claves para un Mundo Mejor".

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El obispo platense consideró que "los medios de comunicación no presentaron la argumentación del discurso papal; sacaron del contexto una frase de Manuel II, crítica del Islam, como si el Papa hubiera hecho suyo ese pensamiento y esto produjo reacciones irracionales, de una violencia y de un odio inconcebible”.

En realidad –prosiguió–, estas reacciones están mostrando cuánta razón tenía el Papa en la exposición que hizo, porque no es por medio de la irracionalidad, la violencia y el fanatismo que muestran algunos grupos como se puede difundir y defender la fe".

Síntesis fe-razón

Mons. Aguer dijo que "el Papa mostró cómo ese encuentro entre la fe bíblica y el pensamiento filosófico griego se ha manifestado en la expresión dogmática de la fe cristiana y en su proyección cultural, especialmente en la formación de Europa. El Santo Padre indicó asimismo que esta síntesis armoniosa, que se ha reflejado en la obra de grandes pensadores cristianos, de grandes doctores de la Iglesia, comienza a desbaratarse en el siglo XVI".

“A partir de ese siglo –explicó –, la razón va como limitando el ámbito de su ejercicio al plano de las ciencias naturales y posteriormente al plano de las matemáticas y de la pura experiencia empírica; a ese campo el pensamiento moderno reduce la ciencia. De tal manera que se excluye del ámbito de la razón el tema de Dios, cumbre de la filosofía antigua, y toda la realidad religiosa acaba siendo recluida en el ámbito subjetivo, considerada como algo irracional".

El Arzobispo de La Plata sostuvo finalmente que "para la cultura de hoy, dominada por el racionalismo postmoderno, lo religioso ya no tiene lugar, porque se ha excluido a Dios del ámbito de la razón".