Al recibir hoy en Castelgandolfo a los participantes de la XXII Asamblea Plenaria del Pontificio Consejo para los Laicos reunida para reflexionar sobre la renovación de la parroquia, el Papa Benedicto XVI afirmó que ésta, llamada a ser signo y medio de actuación de la comunión, debe inspirarse en la primera comunidad eclesial de Jerusalén.

Ser "perseverante en la escucha de la enseñanza de los apóstoles, en la unión fraterna, en la fracción del pan y en las oraciones, una comunidad acogedora y solidaria hasta el punto de poner todo en común", son los “criterios esenciales” de la primera comunidad de Jerusalén que el Santo Padre destacó basándose en la descripción que de ella hace San Lucas para la "comprensión de la naturaleza de la comunidad cristiana y por lo tanto de toda parroquia".

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El tema de la presente Asamblea del Pontificio Consejo, que preside el Arzobispo Stanislaw Rylko, es "La parroquia reencontrada. Recorridos de renovación".

En su discurso, el Pontífice recordó que los participantes habían analizado ya "la naturaleza teológica y pastoral de la comunidad parroquial" para afrontar ahora esa cuestión "desde un punto de vista operativo, buscando elementos útiles para favorecer una renovación parroquial auténtica".

"Efectivamente, el aspecto teológico-pastoral y el operativo no pueden disociarse si se quiere acceder al misterio de comunión del que la parroquia está llamada a ser cada vez más signo y medio de actuación", agregó.

Más adelante, Benedicto XVI dijo que la parroquia puede revivir la experiencia de la primera comunidad eclesial y crecer en  la cohesión fraterna “si reza y escucha la Palabra de Dios, sobre todo si participa con fe en la celebración de la Eucaristía presidida por el sacerdote”.

“La deseable renovación de la parroquia, por lo tanto, no puede brotar solo de iniciativas pastorales, no obstante sean útiles y oportunas, ni mucho menos de programas preparados sobre el tapete", indicó.

"Inspirándose en el modelo apostólico –agregó–, la parroquia se reencuentra en el encuentro con Cristo. Nutrida con el pan eucarístico, crece en la comunión católica, camina en fidelidad plena al Magisterio" y "la unión constante con Cristo le da fuerzas para comprometerse en el servicio a los hermanos, sobre todo los más pobres, para los que representa el primer referente".

Tras destacar la creciente relevancia del Pontificio Consejo para los Laicos, promotor de la Jornada Mundial de la Juventud (Colonia 2005) y el Encuentro con los Movimientos Eclesiales y las Nuevas Comunidades celebrado este año en la Vigilia de Pentecostés en la Plaza de San Pedro, el Papa expresó su deseo de que los trabajos de la asamblea sirvan para que “los fieles laicos sean cada vez más conscientes de su misión en la Iglesia, especialmente dentro de la comunidad parroquial, que es una ‘familia’ de familias cristianas".