El vaticanista italiano Sandro Magister afirmó que las reacciones violentas de los musulmanes contra el discurso del Papa Benedicto XVI del día 12 de septiembre en la Universidad de Ratisbona representan una "guerra irracional".
En su columna semanal del semanario italiano L’Espresso, Magister sostiene que el Papa "ofreció como terreno para el diálogo entre cristianos y musulmanes 'actuar en concordancia con la razón'. Sin embargo, el mundo islámico le ha atacado, distorcionando su pensamiento, confirmando así que el rechazo a la razón trae junto con él intolerancia y violencia".
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El experto en asuntos vaticanos afirma que "menos diplomacia y más Evangelio" parece ser el curso que "Joseph Ratzinger está estableciendo para el gobierno central de la Iglesia". "Incluso haber escogido al arzobispo Mamberti, nacido en Marrakesh (Marruecos) y de nacionalidad francesa" y con amplia experiencia diplomática en varios países islámicos, como Secretario para las Relaciones con los Estados, deja claro que lo que el Papa tuvo en mente fue tener a alguien familiarizado con el mundo musulmán y con los asuntos sobre fe y civilización".
"Y fue este mismo criterio: menos diplomacia y más Evangelio, lo que hizo que el Papa, durante su visita a Alemania, dijera lo que ha sido considerado tan políticamente incorrecto", añadió el vaticanista.
Según Magíster, cualquiera que conozca algo del arte de la diplomacia habría "calificado de inoportunos y peligrosos" muchos pasajes de las homilías y discursos de Benedicto XVI, porque "éste no es un Papa que se someta a tal censura o que se auto-censure" sino que dice lo que debe cuando esto es "pilar para su prédica".
"Su objetivo en el viaje a Alemania fue iluminar al hombre moderno -cristiano, gnóstico, de otra fe, europeo, africano o asiático- decirle que la simple y suprema verdad además de que Dios es Amor, a la que el Papa le dedicó su encíclica Deus Caritas est, es que Dios es también razón, Él es el ‘logos’"; añadió Magister.
"Y cuando la razón se separa de Dios mismo, se cierra sobre sí misma. Y así, la fe en un Dios ‘irracional’, una voluntad absoluta, sin límites, puede convertirse en la semilla de la violencia. Toda religión, cultura y civilización está expuesta a este grandísimo error: no solo el Islam sino también el Cristianismo, al que el Papa dedicó todo su discurso", manifestó el experto.
"Dos días antes de su discurso en la Universidad de Ratisbona -prosiguió- contra el que autoridades de gobiernos musulmanes y líderes de opinión elevaron sus protestas, Benedicto XVI había expuesto la verdad en su homilía de la Misa de Munich, con algunas connotaciones que lo hicieron pasar como pro-islámico, según algunos comentarios de los medios", aseguró el vaticanista.
"Pero luego vino el discurso de Ratisbona, y la interpretación hecha por muchos musulmanes" de muchos medios y de muchas formas "con una exageración y propagación similares a lo que se vio hace unos meses contra unas viñetas ofensivas, fue diametralmente opuesta. La acusación se extendió a partir de una tremenda distorsión de lo expuesto por Benedicto XVI, y se apartó precisamente del ejercicio de la razón invocado por el Papa como el terreno adecuado para el verdadero diálogo entre las religiones y civilizaciones", continuó el especialista.
Ante esta posición del Papa, según Magister, era correcta la posición adoptada por el Arzobispo Mamberti y el Secretario de Estado, Cardenal Tarcisio Bertone, de respaldar al Papa y sugerir una "directa y completa" lectura del discurso del 12 de septiembre. "Incluso en el Ángelus del 17 de septiembre, el mismo Pontífice expresó su pena por las reacciones de los musulmanes a su discurso en la Universidad de Ratisbona", indicó Magister.
Lea la columna completa de Magister (en inglés) en http://www.chiesa.espressonline.it/dettaglio.jsp?id=84185&eng=y