Los órganos informativos oficiales de la Conferencia Episcopal Italiana (CEI) y algunos políticos locales criticaron enérgicamente que los líderes de los países occidentales hayan permanecido en silencio frente a las amenazas e insultos de comunidades musulmanas contra el Papa Benedicto XVI.
El Servicio Informativo Religioso (SIR) de la CEI se solidarizó con el Pontífice y manifestó su sorpresa por “el silencio de Jefes de estado e intelectuales de naciones democráticas que en el catolicismo o el cristianismo tienen su base. Occidente no ha tenido el coraje, a parte de algún caso aislado, de defender la libertad de expresión que no niega a ninguno”.
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Asimismo, el diario Avvenire, vocero de la CEI cuestionó que al imponer la idea de que Benedicto XVI “debiera pedir perdón o retractarse, sin motivos, ¿quien podría a partir de ese momento hablar, discutir u opinar, aunque sea respetuosamente de la fe islámica?”.
Junto a estos medios católicos, prominentes políticos italianos de la oposición criticaron a los gobiernos occidentales y principalmente al Primer Ministro italiano, Romano Prodi, considerando que “su silencio frente la violenta campaña contra el Pontífice es escandaloso”.
Según reportó la agencia Efe, “el actual vicepresidente del Senado, Roberto Calderoli, pidió la dimisión de Prodi y Maurizio Lupi, dirigente de Forza Italia (el partido de Berlusconi) y dijo que el ‘silencio de Prodi es insoportable’ y que todos los gobiernos de Occidente deben expresar una posición clara”.