La Iglesia en República Checa retomó las riendas de la Catedral de San Vito en Praga, gracias a una orden del Tribunal Supremo del país y después de casi 50 años de control estatal, producto de la confiscación del régimen comunista.
El Estado checo, durante el periodo totalitario comunista, se adjudicó en 1954 la mencionada Catedral. Años después y tras el retorno a la democracia, las autoridades de Praga se mostraron renuentes a devolver a la Iglesia el inmueble confiscado, iniciando un proceso judicial que ha tomado 13 años.
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Al respecto, el portavoz oficial del Castillo de Praga, Petr Haje, indicó que a partir de ahora "la administración rehúsa cualquier responsabilidad hacia los visitantes y ventas de entradas para la Catedral". "Las visitas al Castillo, gestionadas por la Oficina de Presidencia, no incluyen desde ahora el templo, y serán los nuevos administradores eclesiásticos los que deberán ofrecer a los turistas visitas guiadas por la cripta de los reyes, la torre y el ábside, con el rico conjunto monumental de San Adalberto", anotó Haje.
Por su parte, el Arzobispo de Praga, Cardenal Miloslav Vlk, indicó que la decisión es justa porque "un monumento como la Catedral de San Vito forma parte del patrimonio cultural del pueblo, por lo que todos juntos tendrán que asumir la responsabilidad de su mantenimiento".
Agregó que tiene previsto realizar mejoras para dignificar la liturgia, poner un altar de piedra en lugar del ara provisional que data de 1968, y dedicar una capilla a San Adalberto, santo centroeuropeo que sufrió el martirio en el año 997.