El Arzobispo de Antequera-Oaxaca, Mons. José Luis Chávez Botello, pidió a los actores de la mesa de diálogo, que se inició recientemente, centrar su atención en soluciones justas y realizables, y a los pobladores solicitó no permitir más divisiones y enfrentamientos porque la paz "está a nuestro alcance".
Actualmente, negociadores del gobierno federal presentan propuestas para terminar el violento conflicto entre las autoridades y un grupo de maestros en huelga y organizaciones populares en el estado sureño de Oaxaca.
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En un mensaje, el Prelado destacó la importancia de los encuentros entre la Secretaría de Gobernación, representantes sindicales y miembros de la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO).
Mons. Chávez Botello recordó que un conflicto social es el "síntoma de enfermedades graves no atendidas que exigen acciones de emergencia". Indicó que Oaxaca ha padecido lo suficiente como para "tomar conciencia de las causas de fondo que deben tocarse con decisión y responsabilidad".
En ese sentido, pidió a los pobladores y a los representantes de cada sector colaborar con "un ambiente de serenidad (y) de reflexión honesta que propicie dar pasos graduales hacia soluciones justas, realizables y dignas; para llegar después a las soluciones de fondo". Advirtió que incentivar a la violencia y mantener posturas cerradas sólo hará que se llegue a acuerdos incompletos.
"A los actores principales en el conflicto pedimos nos den más signos palpables de distensión que oxigenen la esperanza y la confianza de todos. Que el Gobierno Federal facilite e impulse el camino de solución en todo lo que le corresponde; que el Magisterio y la APPO, además de la disponibilidad mostrada, vayan levantando barricadas y bloqueos", exhortó.
Mons. Chávez Botello recordó a la población que el primer cambio se inicia desde el corazón y que "la reforma más importante es la reforma de actitudes de todos y cada uno de nosotros". "No permitamos la división y enfrentamientos entre nosotros mismos; somos miembros del mismo cuerpo social, la enfermedad o daño a un miembro perjudica a todo el cuerpo; dejemos de vernos como enemigos", añadió.
Finalmente, llamó a los feligreses a "redoblar (...) la oración tanto en familia como en las comunidades", porque ella "nos abre a Dios y a los demás".
"Oremos especialmente por todos los actores de la mesa de diálogo para que el Señor los ilumine y fortalezca su voluntad para decidir con valor lo que más construya la vida en Oaxaca", señaló.
Las protestas comenzaron en mayo con una huelga de maestros, que exigían una aumento salarial, pero que se agravaron hasta convertirse en un conflicto político en el que participan algunos grupos populares y exigen la renuncia del gobernador de Oaxaca, Ulises Ruiz.
Unos 40 mil maestros han ocupado desde entonces la plaza principal de Oaxaca. La protesta se agravó después de que el gobernador envió policías para tratar de desalojar a los maestros. Miles de izquierdistas, anarquistas y estudiantes universitarios se unieron a las protestas y quemaron autobuses, construyeron barricadas y cubrieron los muros de los edificios públicos con leyendas y consignas. En los enfrentamientos han muerto dos personas y decenas resultaron heridas.