Los vecinos del Papa Benedicto XVI demostraron esta semana que su amistad con el Pontífice no tiene precio. Rupert Hohbauer y su esposa rechazaron cien mil euros a cambio de permitir que desde su casa, un equipo de camarógrafos tome fotografías del Papa en el único día privado de su visita a Alemania.

El Papa reservó el 13 de septiembre para visitar su antigua casa de profesor universitario en Pentling, Baviera. Su intención es pasar ese día con su hermano, el Padre Georg Ratzinger, y desea hacerlo sin la cobertura de la prensa.

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Según explica el canal estatal de televisión ZDF, Hofbauer rechazó "una oferta de cien mil euros que un equipo de camarógrafos le hizo para captar desde su casa, algunas escenas de su vecino, ni más ni menos que el Papa, cuando el próximo 13 de septiembre, resguardado de las indiscreciones del público, el Santo Padre visite su antiguo domicilio en Baviera".

Y es que Hofbauer no es sólo vecino del Papa, sino también el conserje de la casa del entonces Cardenal Ratzinger. Por eso rechazó la oferta. "No puedo caer en desgracia con el Santo Padre", explicó.

En 1977, el conocido profesor de teología de Ratisbona, Josef Ratzinger, fue nombrado Arzobispo de Munich y Freising. En estas circunstancias solicitó a los Hofbauer que se encarguen de su casa y su jardín.

Desde el 19 de abril de 2005, día de la elección del nuevo Papa, Hofbauer, un jubilado jefe de bomberos de la ciudad de Ratisbona y su esposa atienden y dan información a innumerables admiradores de Benedicto XVI, que llegan para conocer el lugar donde vivió.

"Espero que me dejen abrirle personalmente la puerta", dijo Hofbauer a la televisión alemana, y añadió con una sonrisa: "el Papa carga las llaves del cielo en su escudo, pero no carga las llaves de su propia casa".

Preparativos

Según la televisión alemana, en el jardín de la casa que aún es propiedad del Papa, se ven montículos de tierra, una manguera, una carretilla con humus, una pala, arbustos y flores listos para ser sembrados.

"La encargada de los arreglos es mi señora, pues conoce muy bien los gustos del Santo Padre", señala Hofbauer.

El jardín del Pontífice incluirá arbustos de saucos, rosales y unas clemátides que florecerán durante los días de la visita papal.

Un pintor de Pentling, antiguo monaguillo del Cardenal Ratzinger, se encargó de pintar la casa antes de Pascua. Desde Roma recibió una nota personal del Papa agradeciéndole por el gesto.

Algunos estudiantes de Weiden y Amberg han construido una pequeña verja. La terraza ha sido pavimentada, lo mismo que la entrada de la casa, donde se ha colocado un pequeño mosaico de adoquines en forma de pez, símbolo de los primeros cristianos.

El día anterior a la llegada del dueño de casa se colocará una alfombra de flores con el escudo pontificio a la entrada del garaje.

Hofbauer guarda especialmente un regalo especial para el Papa, ya que hace un tiempo colocó unos panales de abejas en el jardín y acaba de recolectar 35 libras de miel de uno de ellos.

Otros dos habitantes de la casa de los Hofbauer aguardan impacientes para volver a ver a Benedicto XVI: un perro golden retriever de once años de nombre "Ingo" y un gato llamado "Chico".

"De hecho el Papa extraña a sus dos mascotas" dijo Hofbauer. "Cada vez que alguien de Bavaria va a visitarlo a Roma, él pregunta como están los animalitos".