La Arquidiócesis de México recordó, a quienes agredieron verbalmente al Cardenal Norberto Rivera Carrera desde las afueras de la Catedral, que la iglesia es "casa de oración" y no un lugar para demandas políticas.
El domingo último, simpatizantes de la coalición Por el Bien de Todos, del candidato presidencial Andrés López Obrador, intentaron ingresar a la Catedral de México con carteles gritando consignas contra el Arzobispo de la ciudad, cuando presidía la Misa.
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"La Iglesia Católica se siente lastimada y ofendida por la egoísta actitud de esas personas que, sin respetar el sentimiento religioso de los católicos que viven en México, ignoran que Jesús santificó a Su Iglesia señalando ‘Mi Casa es casa de oración’", señala la arquidiócesis en un comunicado.
El texto, firmado por el Director General de Comunicación Social, P. Hugo Valdemar Romero, recuerda que tanto el Cardenal Rivera como la arquidiócesis, "han permanecido en estricta neutralidad durante el proceso postelectoral, e incluso, han defendido el derecho que tienen los partidos políticos de manifestar sus opiniones e inconformidades, en los lugares adecuados para ello, de modo que pide que se respete los recintos que son sagrados para los católicos".
Sin embargo, se "ha sufrido una agresión por la incomprensible actitud" de quienes "interponen sus intereses al respeto que merece la Catedral, que es un templo consagrado a Dios y, por la intención de algunos provocadores que pretenden gritar", en su interior, "sus demandas políticas durante el momento más sagrado de la cristiandad, que es el de la Celebración Eucarística".
El texto anuncia que no se suspenderán las ceremonias litúrgicas porque "es misión de la Iglesia dar culto a Dios y alimentar a su pueblo con la palabra del Señor y la Eucaristía", e invita a católicos y no católicos a reflexionar sobre el respeto a las celebraciones litúrgicas, "que son de orden estrictamente espiritual y en las que no se puede inmiscuir las ideologías y manifestaciones políticas".
Con respecto a la suspensión de la conferencia de prensa, que usualmente ofrece el Purpurado al término de la Misa, el comunicado señala que esto se debió a la intención del Arzobispo de "no polarizar más con su opinión" el tenso ambiente que prevalecía, "ante una actitud que era obvia para todos los asistentes".