El Arzobispo de Denver, Mons. Charles Chaput, salió al paso de una columna escrita por un líder islámico local en la que, según el Prelado, indicaba una serie de mentiras sobre el cristianismo y precisó que para el diálogo y la paz se requiere "honestidad y arrepentimiento de parte de musulmanes y cristianos".
Mons. Chaput recordó que mientras los cristianos han cometido pecados en contra de musulmanes en el pasado, decir que estos últimos no han cometido sus propios pecados y que no han actuado de manera violenta y militante es simplemente mentira.
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"De hecho, el Imperio Bizantino ya había resistido la expansión musulmana en el Oriente durante 400 años antes de que el Papa Urbano II llamara a la Primera Cruzada, como respuesta definitiva a las generación de la jihad armada", explicó el Arzobispo.
Asimismo, el Prelado destacó que "las comunidades cristianas que han sobrevivido (en Medio Oriente) han sufrido siglos de marginación, discriminación, violencia, esclavitud y persecución, no siempre y no en todos lados, pero es un tema constante y recurrente dentro de la dominación musulmana".
Mons. Chaput subrayó además que los cristianos han sido perseguidos por los musulmanes en Turquía y Egipto en los inicios del siglo XIX y que en distintos lugares los siguen persiguiendo hoy "desde Bangladesh, Irán, Sudán, Pakistán e Irak, hasta Nigeria, Indonesia e incluso en grandes áreas de Filipinas". "En Arabia Saudita las expresiones cristianas públicas están prohibidas. Y en el Líbano, en solo 50 años, se ha pasado de una mayoría cristiana a una población mayoritariamente islámica", añadió.
El Arzobispo de Denver comentó también que gracias a las grandes libertades que se viven en Estados Unidos, sus ciudadanos tienen la oportunidad de superar la difícil historia entre cristianos y musulmanes. "Pero el respeto no puede emerger de la falsedad", precisó.
"Especialmente en una era de terrorismo y guerra inspirados en la religión, no se puede llegar a la paz ignorando, alterando o rescribiendo la historia; sino enfrentando con humildad lo que en realidad sucedió e ir curando las heridas", concluyó el Prelado.