"El catolicismo no es un cúmulo de prohibiciones, sino una opción positiva", destacó el Papa Benedicto XVI en una entrevista televisiva emitida ayer por la televisión alemana, en la que expresó su visión sobre el mundo occidental, los jóvenes, la propuesta moral cristiana hoy, la familia, el futuro del cristianismo en Europa, las mujeres en la Iglesia y sus planes de viajes próximos.

La entrevista fue realizada hace unos días en el Palacio Apostólico de Castelgandolfo en preparación a su próximo viaje a su Baviera natal. El Santo Padre aprovechó una pregunta sobre aspectos de su próxima visita a tierras bávaras, para resaltar que “el asunto fundamental es que debemos redescubrir a Dios, no a un Dios cualquiera, sino al Dios con el rostro humano, porque cuando vemos a Jesucristo vemos a Dios. Y partiendo de esto debemos encontrar los caminos para encontrarnos en la familia, entre las generaciones y también entre las culturas y los pueblos, entre los caminos de la reconciliación y la convivencia pacifica en este mundo, y los caminos que conducen hacia el futuro”.

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En la entrevista en preparación a su viaje a München, Altötting y Regensburg entre el 9 y 14 de septiembre, el Santo Padre respondió a preguntas sobre los temas que abordará en su país natal, su visión de la Iglesia allí y el mundo occidental, los jóvenes, la actual situación de violencia en Medio Oriente, el equilibrio entre el primado del Papa y la colegialidad episcopal, el ecumenismo, la familia, la moral, el futuro del cristianismo en Europa, el lugar y misión de las mujeres en la comunidad eclesial, la “nueva fascinación” que el catolicismo ejerce hoy, los planes respecto a sus próximos viajes y algunos aspectos de su personalidad y ministerio petrino.

Al ser preguntado acerca de la situación actual de la Iglesia en tierras germanas, el Pontífice precisó que su país forma parte de Occidente y que “en el mundo occidental hoy vivimos una ola de un nuevo iluminismo drástico o laicidad”.

“Creer se ha vuelto más difícil, porque el mundo en el que nos encontramos está hecho completamente por nosotros mismos y en el que, por decirlo así, Dios ya no aparece directamente. Ya no se bebe directamente de la fuente, sino del recipiente que se nos presenta ya lleno, etc. Los hombres se han construido el propio mundo, y encontrar a Él en este mundo se ha convertido en algo muy difícil”.

Entrevistado por los periodistas de la cadena televisiva Bayerischer Rundfunk (ARD); ZDF; Deutsche Welle y a Radio Vaticano, el Papa manifestó su deseo de apelar a la generosidad de los jóvenes que, sin embargo, “ante el riesgo de comprometerse por toda la vida, ya sea en el matrimonio o en el sacerdocio” experimentan miedo.

Ante el temor que se experimenta de “atar la libertad” con una decisión definitiva, el Santo Padre notó la urgencia de “despertar el valor de osar decisiones definitivas, que en realidad son las únicas que hacen posible el crecimiento, el camino hacia adelante y el alcanzar cualquier cosa importante en la vida, las únicas que no destruyen la libertad, si no que le ofrecen la justa dirección en el espacio”.

Como fue dado a conocer hace una semana, Benedicto XVI se refirió al actual conflicto armado en Oriente Medio afirmando que “la guerra es la peor solución para todos. No aporta nada bueno para nadie, ni siquiera para los supuestos ‘vencedores’” y que lo que todos necesitan es la paz.

Familia y moral

Al referirse a la familia, en particular a su mensaje en su último viaje a Valencia (España), el Pontífice destacó que “el cristianismo, el catolicismo no es un cúmulo de prohibiciones, sino una opción positiva”.

Tras notar que “hoy esta conciencia ha desaparecido casi completamente”, el Papa dijo que “hemos oído tanto hablar de lo que no está permitido que ahora hay que decir: Pero nosotros tenemos una idea positiva que proponer; que el hombre y la mujer están hechos el uno para el otro, que la escala –por decir de algún modo-: sexualidad, éros, ágape, indica las dimensiones del amor y sobre este camino crece desde siempre el matrimonio, como encuentro entre un hombre y una mujer, culmen de la felicidad y de la bendición, y después la familia, que garantiza la continuidad entre generaciones, en la que las generaciones se reconcilian entre ellas y en la que también las culturas se pueden encontrar”.

Al responder una pregunta sobre el Sida y la superpoblación y la insistencia de la Iglesia Católica en los aspectos morales de esta problemática, el Papa desestimó que ese énfasis fuera en demasía: “¿Insistimos realmente tanto sobre la moral? Yo diría –cada vez estoy más convencido tras mi diálogo con los obispos africanos–  que la cuestión fundamental, si queremos dar pasos adelante en este sentido, se llama educación, formación”.

“El progreso puede ser progreso real sólo si sirve a la persona humana y si la propia persona humana crece, no crece sólo su poder técnico, sino también su capacidad moral. Y creo que el verdadero problema de nuestra situación histórica sea el desequilibrio entre el crecimiento increíblemente rápido de nuestro poder técnico y el de nuestra capacidad moral, que no crece de forma proporcional”, apuntó.

Para leer el texto completo de la entrevista visite: http://www.aciprensa.com/Docum/benedictoxvi/documento.php?id=86