El Obispo de Ibarra, Mons. Julio Terán Dutari, advirtió que las políticas de educación sexual que organismos internacionales quieren imponer en América Latina no responden a la realidad del continente y buscan "redefinir los conceptos fundamentales de sexualidad, amor, libertad y familia".
El Prelado hizo esta denuncia luego de criticar la actitud de algunos diarios de difundir "lecciones gráficas para niños y adolescente sobre ‘hacer el amor’", o la propaganda en murales de los "derechos" de los menores a "usar libremente el sexo, sin intromisión de padres y maestros"; todo a raíz de un congreso sobre educación sexual realizado en el país.
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Mons. Terán recordó que la estrategia para imponer el sexo libre y la ideología de género se remonta a la década de los setenta bajo el nombre de "control natal", como condición de organismos internacionales para dar ayudas a países pobres. Posteriormente, indicó, se eligieron las escuelas "como lugar estratégico para (difundir) programas de ‘educación sexual’".
El Obispo precisó que aunque simultáneamente se ha dado un avance en la protección a los menores, "todo esto va unido a la difusión del sexo libre y del aborto, y a la homogenización de los ‘géneros’".
"Las políticas sobre educación sexual han nacido bajo la influencia externa de factores ajenos al contexto cultural latinoamericano", afirmó. Mons. Terán señaló que mientras por un lado "factores políticos y económicos suponen que la causa de la pobreza está en el crecimiento descontrolado de la población", factores culturales quieren transformar la familia y cambiar el rol de la mujer-madre.
"Con esto se fortalecen los movimientos de liberación femenina y luego los que abogan por el reconocimiento de la pareja homosexual y lesbiana. En ese contexto, se busca redefinir los conceptos fundamentales de sexualidad, amor, libertad y familia", advirtió.
Asimismo, señaló que las políticas sobre educación sexual emanadas de las Conferencias de Naciones Unidas de Beijing, el Cairo y Beijing+2, pretenden solucionar erradamente problemas como "el incremento de las enfermedades de transmisión sexual, el embarazo en la adolescencia, el abuso y la explotación sexual a los menores, la pornografía, entre otros". Añade que esta "educación" pone énfasis en lo biológico y psicológico, pero olvida lo humanista, moral y religioso.
Finalmente, el Prelado advirtió que bajo el pretexto de la neutralidad del Estado se quiere imponer una visión relativista e indiferentista, promoviendo cambios destructivos "en la forma de entender la sexualidad, la familia, el matrimonio, el amor, la procreación, la identidad sexual y la libertad".
"Los problemas que se pretendieron resolver con este tipo de educación sexual no se han resuelto: se han incrementado. Porque se olvida lo primordial: la educación para el amor auténtico, sobre el que hay todavía mucho que decir y mucho más que cambiar", afirmó.