Algunos obispos advirtieron la tendencia de paramilitares que se entregaron a las autoridades en los últimos años y se han rearmado para delinquir o participar en el narcotráfico.
Según recoge El Diario/La Prensa, durante la celebración de la Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal Colombiana (CEC), algunos pastores como el Presidente de la CEC y Arzobispo de Tunja, Mons. Luis Castro, señalaron que "tenemos miedo por esta grave situación".
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Solo en el departamento de Antioquia, las autoridades señalan que 75 paramilitares desmovilizados han sido asesinados y otros 88 han sido arrestados por cometer acciones delictivas. Además, se sabe que en el Valle del Cauca, de 800 desmovilizados, 227 se han vinculado a grupos de delincuencia común y de narcotraficantes.
El Obispo de Montería, Mons. Julio César Vidal, indicó que ese "rearme era de esperarse, pues el fenómeno se ha presentado en otros países cuando se ha dado una desmovilización". Según el Prelado, "grupos de narcotraficantes están reclutando a desmovilizados. El Gobierno tiene que tomar los correctivos". Montería es la capital del departamento de Córdoba, y es considerado como el bastión central de las denominadas Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), principal grupo paramilitar del país.
Por su parte, Mons. Jaime Prieto, Obispo de Barrancabermeja, señaló que "la situación es preocupante", y Mons. Orlando Corrales, Obispo de Palmira, dijo que "en los alrededores de mi ciudad hay inquietud con este fenómeno de reinsertados paramilitares que están delinquiendo".
El Obispo de Pasto, Mons. Julio Enrique Prado, afirmó que en las poblaciones de Nariño, frontera con Ecuador, "se vive el azote de la nueva generación de ‘paras’ cultivando coca".