La 81º Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal Colombiana (CEC) comenzó con un enérgico llamado a no permitir la despenalización del aborto ni el reconocimiento jurídico de las parejas homosexuales.
El Presidente de la CEC y Arzobispo de Tunja, Mons. Luis Augusto Castro Quiroga, ofreció un mensaje inaugural en el que recordó que el Papa Benedicto XVI considera que la vida, la familia y la educación no son temas negociables.
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En este sentido, el Arzobispo reiteró que la decisión de la Corte Constitucional de despenalizar el aborto parcialmente, no convierte esta práctica "en una acción moral recta".
Asimismo, aclaró que la Iglesia Católica no discrimina a los homosexuales, pero no acepta el reconocimiento jurídico de estas parejas pues "no existe ningún fundamento para asimilar o establecer analogías, ni siquiera remotas, entre las uniones homosexuales y el designio de Dios sobre el matrimonio y la familia".
En materia de educación religiosa, Mons. Castro reiteró el llamado los padres de familia para que exijan que este derecho sea respetado por ley.
En otro momento de su discurso, el Presidente de la CEC destacó el apoyo especial que merece el político católico colombiano, que debe decidir sobre nuevas leyes y "rechazar aquellas que no sean correctas moralmente".
Señaló que aunque las reformas introducidas en los últimos años han reducido los niveles de impunidad, es necesario "ejercer una presión ética sobre el sistema judicial para que evite cada vez más la impunidad".
Al reflexionar sobre la situación de la Iglesia en la región, el Arzobispo consideró que existen brechas que "desafían de diversas maneras nuestra pastoral de comunión", como aquella entre Iglesia y política y entre democracia y desarrollo.
"No hay una política cristiana pero sí una luz cristiana sobre la política. Esta luz genera sensibilidad por todo lo humano que la política a veces tiende a sacrificar, en aras de otros objetivos", indicó.
También aseguró que en el continente latinoamericano "hay mucha democracia electoral pero poca democracia de ciudadanía basada en el ejercicio de los derechos sociales. Por ello su dificultad para que sea camino más efectivo hacia el desarrollo, esto es, hacia la eliminación de los altos índices de pobreza y desigualdad".