Al participar de una sentida y breve Liturgia de la Palabra vespertina con ocasión de la jornada de oración y penitencia por la paz en el Medio Oriente, el Papa Benedicto XVI pidió a Dios “la paz hoy”, “no mañana”.
Ayer domingo por la tarde, el Pontífice se desplazó a la pequeña iglesia de Rhemes Saint Georges, a pocos kilómetros de Les Combes, donde transcurre un período de descanso, para participar en la jornada de oración y penitencia por la paz entre Israel y Líbano.
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Tras la breve liturgia de la Palabra, el Santo Padre se refirió a la “dramática situación en Oriente Medio”, donde “todavía hay guerra entre cristianos, musulmanes y judíos”, y exclamó: “¡Señor, líbranos de todos los males y danos la paz; no mañana o pasado mañana, danos la paz hoy!”.
El Papa resaltó también la importancia fundamental de la visión cristiana a la hora de “acabar con la violencia y vencer el mal”.
“En este momento, cuando se abusa tanto del nombre de Dios, es necesario afirmar que la cruz vence a través del amor, recordar el rostro de Dios que vence y trae al mundo la luz y la reconciliación”, dijo el Santo Padre; y resaltó que “es necesario dar testimonio de la victoria de Dios a través de la no violencia”.
“A la violencia hay que responder con el amor que llega hasta la muerte, como el de Cristo”.
“Este –concluyó el Pontífice– es el modo humilde que tiene Dios para vencer, no con un imperio fuerte, sino con el amor que llega hasta el final”. “La reconciliación y el sacrificio de Jesús no han sido vanos”.