Desde Beirut, un religioso marista logró comunicarse vía correo electrónico con sus familiares y su comunidad para relatar la creciente tensión que viven los cristianos en el Líbano ante los bombardeos israelíes.
El hermano marista José María Romero logró llegar hasta el colegio de Champville, administrado por los maristas en Beirut para enviar el mensaje –que llegó hasta esta redacción– y dar cuenta de su situación.
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“En primer lugar os digo que estamos muy bien y muy tranquilos en una casa que tenemos en la montaña, donde no corremos ningún peligro. Hoy he bajado al colegio de Champville, desde donde os escribo para tranquilizaros, a pesar de la situación que sigue siendo preocupante”, escribió el religioso.
Según el hermano, “para comprender un poco esto tenéis que tener en cuenta que el Líbano es un país gobernado de una manera singular. En los años anteriores, el partido del Hezbollah (musulmán) que ha sido creado para luchar contra Israel, tenía el permiso de estar armado: un ejército particular dentro de una nación. Este partido ha declarado la guerra a Israel por su parte, sin consentimiento (ni oposición) del gobierno central. Consecuencia, los bombardeos que conocéis por la tele”.
“La situación es grave, pues han cortado todas las carreteras y no se puede salir ni entrar del país, pero Israel distingue Hezbollah y los demás y ataca los sitios donde los musulmanes abundan. Nosotros estamos en el centro del país, zona habitada por los cristianos y hasta ahora respetada por Israel. Pero han cortado las carreteras y los aeropuertos para que los musulmanes no tengan contactos sobre todo con Siria, país que los protege”, explica.
Asimismo, señala que “los hermanos que han venido al cursillo y los que piensan ir de vacaciones o al Capítulo provincial, tienen dificultades para salir del Líbano. Yo puedo esperar hasta que la situación se aclare o sea más segura. Por ahora los aeropuertos están cerrados y en el mar, en frente de casa, se ven muchos barcos sitiados por Israel y sin poder marcharse o entrar al puerto”.
“Hay muchos detalles que no os digo pero creo que esto os dejará comprender que aunque la situación es grave, ni nosotros ni nuestros colegios, situados en zona cristiana, por ahora no corremos peligro. Digo, por ahora, pues cada día que pasa todo cambia y se complica”, advierte.
“He bajado del cursillo que tenemos en la montaña sobre todo para escribiros esta carta y dejaros tranquilos. Comunicad estas noticias a todos los que creáis pueden interesar.