En el primer Ángelus que preside este año desde Valle d’Aosta, donde se encuentra de descanso, el Papa Benedicto XVI recordó la fiesta de la Virgen del Monte Carmelo e invitó a los cristianos a recuperar el sentido de la oración en el silencio.
“Por una feliz coincidencia, el domingo de hoy cae 16 de julio, día en el que la liturgia recuerda a la Santa Virgen María del Monte Carmelo”, dijo el Pontífice.
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“El Carmelo –describió-, alto promontorio que se yergue a lo largo de la costa oriental del Mar Mediterráneo, a la altura de Galilea, tiene en sus faldas numerosas grutas naturales, preferidas por los eremitas. El más célebre de estos hombres de Dios fue el gran profeta Elías, que en el siglo IX ante de Cristo defendió enérgicamente de la contaminación de los cultos idolátricos la pureza de la fe en e Dios único y verdadero”.
El Papa explicó luego que “inspirándose en la figura de Elías, ha surgido la Orden contemplativa de los Carmelitas, familia religiosa que incluye entre sus miembros a grandes santos como Teresa de Ávila, Juan de la Cruz, Teresa del Niño Jesús y Teresa Benedicta de la Cruz (en el siglo, Edith Stein)”.
“Los Carmelitas –continuó- han difundido en el pueblo cristiano la devoción a la Santa Virgen del Monte Carmelo, presentándola como modelo de oración, de contemplación y de dedicación a Dios”.
Benedicto XV concluyó orando: “A la Reina del Monte Carmelo deseo hoy confiar a todas las comunidades de vida contemplativa difundidas en el mundo, de manera especial las de la Orden Carmelita”.
“Que María ayude a cada cristiano a encontrar a Dios en el silencio de la oración”, concluyó.