En su reflexión semanal en el programa "Claves para un Mundo Mejor", el Arzobispo de La Plata, Mons. Héctor Aguer, se refirió hoy a las razones por las cuales la Iglesia Católica sostiene el celibato sacerdotal asegurando que ésta considera se trata de “un tesoro preciosísimo del cual no se debe renunciar".
El Prelado recordó "que la disciplina del celibato está ligada obligatoriamente al ministerio sacerdotal por una decisión de la Iglesia latina pero que es perfectamente libre. La persona que se empeña en ese camino ha tenido años y años de preparación para reflexionar y cuando llega a comprometerse definitivamente, de por vida, ya tiene la suficiente madurez para hacerlo de modo consciente".
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"Suele decirse que el celibato es obligatorio como si la persona que elige ese camino fuera forzada en contra de sus intenciones o de la intenciones más profundas de su personalidad y no es así", señaló. "¡Es que el mundo de hoy no comprende la posibilidad de entregarse libremente al servicio de Dios en cuerpo y alma de una manera total!".
El Arzobispo salió al paso de las objeciones al celibato sacerdotal sosteniendo que la Iglesia persiste en este camino donde "une el ministerio sacerdotal al don del celibato" porque considera que aquí hay “un tesoro preciosísimo del cual no se debe renunciar".
"El celibato no se puede vivir plenamente y en perfección si no es en un plano que llamaría místico, es decir de unión íntima con Jesucristo porque el celibato supone el amor a Él por encima de otros amores y eso hay que mantenerlo con disciplina ascética personal, con mucha oración, con frecuencia sacramental y con una intimidad continua con Jesucristo", dijo.
"Se podría hacer una analogía entre el compromiso del sacerdote con el celibato y el compromiso de un hombre o una mujer con la indisolubilidad del matrimonio", explicó "Hay personas que dicen: ¿porqué hoy la Iglesia Católica no ordena hombres casados? Ante esto les planteo otra cuestión: ¿ustedes se imaginan los problemas que tendría la Iglesia si ordenara hombres casados cuando se sabe de la inestabilidad de los matrimonios en la actualidad?"
"¿Qué pasaría entonces?" se preguntó manifestando luego que sería bueno pensar "como toda la problemática actual del matrimonio y la familia se introduciría en el orden eclesiástico de un modo impensado".
Finalmente comentó tres posibles razones que llevan a un sacerdote a dejar su ministerio: falta de vocación real, errónea formación sacerdotal y decaimiento de su ministerio en su ejercicio sacerdotal.