El Obispo de Posadas, Mons. Juan Rubén Martínez, explicó que una Iglesia abierta no es aquella que "mezcla todo" como una ensalada religiosa, sino aquella que ama, dialoga y escucha sin perder su propia identidad.

"Ser abiertos es amar, dialogar, escuchar, cambiar, aportar, aprender y recuperar, sin perder la propia identidad. Ser abierto no es mezclar todo, como una especie de sincretismo o bien ensalada religiosa o de mezcla del bien y del mal, de valores y antivalores", indicó el Prelado.

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En ese sentido, recordó que la Iglesia tiene el deber de cuidar y comunicar los tesoros de la revelación. "Los tesoros que la Iglesia debe cuidar a través de la historia son lo revelado por el Señor, lo que Él nos comunicó y el Magisterio, que van acompañando con el Espíritu Santo la historia, para que ésta sea una historia de salvación", indicó.

Mons. Martínez también se refirió a los ataques que recibe la Iglesia. Indicó que si bien cuando un cristiano peca "daña el cuerpo y la santidad de la Iglesia", existen muchos otros que han querido destruirla "a partir de algunos hechos, agregando ‘leyendas negras’, para descalificarla".

"Hoy nos encontramos con muchas agresiones mediáticas y con fantasías noveladas. Seguramente hay muchos poderosos que promueven estas nuevas formas de persecución", advirtió. Sin embargo, dijo que "esas cruces nos acompañarán siempre" y que "lo importante es ser fiel a Dios y no a los hombres que se endiosan".

El Obispo de Posadas pidió a los católicos no claudicar a ser una Iglesia evangelizadora, porque "ser una Iglesia ‘abierta y misionera’ será una clave de comprensión para el discernimiento sobre los desafíos de nuestro tiempo".