El Nuncio Apostólico ante las Naciones Unidas, Mons. Celestino Migliore, afirmó que se debe luchar contra el tráfico de armas ligeras y defender a los niños afectados por este flagelo.

Durante la sesión para implementar el programa que busca prevenir, combatir y erradicar el tráfico de armas ligeras, el Arzobispo dijo que “el tráfico de armas ligeras y pequeñas es una amenaza a la paz, desarrollo y seguridad. Es una amenaza que no proviene solamente del conflicto sin también de la intranquilidad civil, el crimen organizado, el tráfico de personas, el terrorismo e incluso la pobreza; y se mueve dentro de un mundo globalizado”. “La Santa Sede apoya a todos aquellos que hacen un llamado al orden, no sólo con el tráfico de armas ilícitas sino también con el tráfico de drogas y de piedras preciosas, sin olvidar las dimensiones éticas, humanitarias y sociales de estas actividades”, prosiguió.

Recibe las principales noticias de ACI Prensa por WhatsApp y Telegram

Cada vez es más difícil ver noticias católicas en las redes sociales. Suscríbete a nuestros canales gratuitos hoy:

Luego de recordar que los primeros beneficiados de estas acciones están los países en vía de desarrollo, Mon. Milgiore expresó el respaldo de la Santa Sede a la declaración de Ginebra sobre Violencia Armada y Desarrollo del 7 de junio de 2006, en la que 42 estados se comprometieron a promover el control de armas ligeras en los marcos de desarrollo.

Tras destacar la necesidad de establecer mejores programas de cooperación para luchar en la prevención y erradicación de armas ligeras, el representante vaticano indicó que sería de gran utilidad “considerar una seria negociación de un instrumento legal vinculante, como un tratado, que respete los derechos humanos y la ley internacional”, y reafirmó su respaldo a la propuesta del Reino Unido para un tratado para controlar armas.

Seguidamente, el Arzobispo recordó la necesidad de trabajar para evitar la demanda de armas ligeras y que esta labor “requerirá una investigación sólida sobre la dinámica de los conflictos, los crímenes y la violencia. Tal información podría generar la bases de una acción inteligente que busque promover una verdadera cultura de paz entre nosotros”. “Todas las partes involucradas deben actuar responsablemente para la implementación de programas educativos para así confrontar a la cultura de violencia , con una clara demostración de voluntad política”, añadió.

Asimismo, el representante vaticano denunció que en este problema los más afectados son los niños. “La Santa Sede concede gran importancia a las necesidades especiales de los niños afectados por conflictos armados, su reunificación con las familias y su adecuada rehabilitación. Tales situaciones exigen una reacción inequívoca de parte de la comunidad internacional, que está obligada a mostrar una preocupación particular por los niños en esas circunstancias, y hacer todo lo posible para asistirlos y regresarlos a la vida cotidiana en un ambiente seguro y cálido”, explicó.