Los obispos de México, Estados Unidos y Centroamérica reunidos en el sur del país para analizar el tema de las migraciones, pidieron al Gobierno proteger a los ciudadanos indocumentados que usan México como país de tránsito hacia Estados Unidos, para evitar que sigan siendo víctimas de abuso.
El comunicado emitido al final del encuentro denuncia las violaciones a los derechos humanos que sufren ciudadanos costarricenses, hondureños, salvadoreños y de otras nacionalidades a su paso por México.
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"Hemos constatado que los migrantes de Centroamérica que vienen cruzando por México en un intento por alcanzar Estados Unidos, siendo objeto de explotación y abuso por parte de quienes se dedican al tráfico de migrantes y a la trata de personas, a la vez son tratados duramente por las leyes mexicanas y algunas de sus autoridades. Son detenidos y mantenidos en condiciones deplorables", señala el texto. Añade que esto se debe a que "no existe una ley de protección que mantenga su seguridad durante su tránsito".
El comunicado recuerda que quienes emigran "lo hacen con el propósito de mantener a sus familias y no intentan dañar la seguridad nacional de México o la estadounidense". En ese sentido, exhortan a los gobiernos de los países involucrados a "afrontar las causas principales que provocan la migración" y "establecer una más efectiva cooperación para erradicar las redes de tráfico de migrantes y contrabando de personas en la zona".
En el encuentro participaron el presidente de la Comisión Episcopal de Movilidad Humana de la Conferencia Episcopal Mexicana (CEM), Mons. Renato Ascencio León; el Obispo de Nuevo Laredo, Mons. Ricardo Watty; el Obispo de San Bernardino (California), Mons. Gerald Barnes, entre otros.