En una insólita iniciativa, el grupo parlamentario de Izquierda Unida-Los Verdes ha solicitado una reforma de ley que acelere los trámites para apostatar la fe católica.
Según informó la agencia Servimedia, la congresista Isaura Navarro, portavoz de este bloque parlamentario, exigirá al Poder Ejecutivo que fije un procedimiento "sin trabas" para abandonar la pertenencia a la Iglesia.
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Navarro recordó que "la apostasía es la renuncia a la fe cristiana recibida por medio del bautismo, el abandono explícito y voluntario en los dogmas y creencias de la Iglesia que se asumen por este sacramento" y según ella, "los obispos españoles niegan sus derechos a los ciudadanos y ciudadanas que expresan, de manera inequívoca e indubitativa, su voluntad de abandonar toda relación de pertenencia a la Iglesia Católica".
El diario La Razón recogió las acusaciones y mentiras de la parlamentaria que "ha calificado de ‘lentos’ e ‘inciertos en su resolución’" los trámites para apostatar. La portavoz "exige que el Gobierno ‘actúe legalmente contra la Iglesia Católica’ porque, en opinión del grupo catalán, ‘impide’ y ‘obstaculiza’ estos procesos".
Cuestión de moda
Fuentes de la Iglesia consultadas por La Razón, aseguran que estas acusaciones "son falsas y carecen de fundamento. Sólo buscan hacer daño a los católicos y posibilitar que el abandono de la fe se convierta en un juego, en una moda, en algo superfluo. Además, cuando alguien solicita apostatar no se le ponen trabas. Sólo se siguen los pasos necesarios. Ellos piden algo imposible: nosotros sólo recogemos que se ha llevado a cabo un hecho, algo histórico, y eso no se puede eliminar".
El bloque izquierdista reclama, además, que se borre el nombre de los bautizados que consta en las partidas de bautismo de cada diócesis y Navarro ha acusado a la Iglesia Católica de obtener supuestos beneficios con estos datos porque arguye que "gracias a los registros de bautismo hacen aumentar artificiosamente su número de fieles en determinadas estadísticas, para obtener mayores privilegios sociales y económicos, sin preocuparles la integridad de las creencias de esos fieles".
El periódico sostiene que "la propuesta de la izquierda se muestra especialmente beligerante con la Iglesia Católica" pero "no se limita a reclamar que se agilice el abandono de la fe cristiana" sino que exige un sistema "rápido, directo y eficaz" para "dejar de pertenecer de manera expresa a las confesiones religiosas".