El Padre Luis Silva, de origen colombiano, partirá a Irak y Afganistán como miembro de un batallón del ejército que llegará a esa región, donde estará encargado de atender espiritualmente a los soldados latinos.
"Existe una necesidad tan grande de sacerdotes que hablen español para atender a esos muchachos jóvenes hispanos católicos que están luchando en las zonas de conflicto", explicó a la agencia Efe el presbítero de 40 años.
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El P. Silva, hasta ahora párroco de la Catedral de Saint James en Orlando en donde los feligreses le dieron una emotiva despedida el domingo, debe presentarse como capellán de la Reserva del Ejército en una base militar de Mississipi el próximo sábado. Por motivos de seguridad, el sacerdote aún desconoce su destino exacto donde pasará un año y dos meses.
"Como ser humano uno siempre siente algo de temor y claro que siempre la gente con la que uno está realizando ministerio y mi familia muestran cierta preocupación, pero por ahora trato de no pensar tanto en lo que voy a enfrentar allá y trato de llenarme mucho de Dios", comentó y agregó que si uno comprende firmemente el llamado de Dios, “uno se da cuenta de que es ahí donde tiene que estar y debe de llenarse de positivismo".
El sacerdote sirvió cinco años en una pequeña comunidad de Minnesota, donde se ordenó, antes de trasladarse a Orlando. "Desde niño siempre había querido ser un militar, un médico o un sacerdote y por ahí se me va a dar el sueño de ser un militar, al menos como sacerdote", señaló el presbítero nacido en Cali que vio la oportunidad de desarrollar la vocación castrense cuando el ejército llegó a su diócesis en busca de sacerdotes.
"Después de tres años como sacerdote me dieron permiso de hacer el entrenamiento en la escuela de oficiales en el ejército y ahí me hice militar de donde salí con el rango de teniente primero y hace como dos meses me ascendieron a capitán", relató.
Explicó también que para poder viajar al frente de batalla, le agilizaron los trámites de ciudadanía, requisito indispensable para poder servir como capellán del ejército. "Ahí fue cuando supe que sí me iba a ir", recordó.
Luego de una breve entrevista el pasado 22 mayo, al presbítero le indicaron que regresara esa misma tarde para la ceremonia de juramentación como ciudadano de Estados Unidos. "Cuando terminé la entrevista pensé que me iban a decir que volviera en un mes, pero me sorprendí cuando me dijeron que regresara el mismo día", señaló.