Al hablar este miércoles sobre el papel de San Pedro apóstol como custodio de la comunión con Cristo, el Papa Benedicto XVI pidió oraciones para que los sucesores de Pedro sean siempre fieles a la misión encomendada por Jesucristo.
Ante más de 50 mil personas, el Papa recordó el Evangelio de San Juan, que “al narrar el primer encuentro de Jesús con Simón, hermano de Andrés, registra un hecho singular: Jesús ‘se le quedó mirando y le dijo: ‘Tú eres Simón, el hijo de Juan; tú te llamarás Cefas (que significa Pedro)’”.
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El Pontífice recordó que en el Antiguo Testamento, “el cambio de nombre anticipa, en general, una nueva misión por confiar”.
“El mismo Pedro –continuó– es consciente de esta posición particular: a menudo es él quien, en nombre de los demás, pide explicaciones sobre una parábola difícil o sobre el sentido exacto de un precepto”.
“Igualmente decidida es su profesión de fe, de nuevo en nombre de los Doce, en Cesarea de Filipo. Cuando Jesús pregunta a sus discípulos: Vosotros, ¿quién decís que soy?, Pedro responde: ‘Tu eres el Mesías, el hijo de Dios vivo’”.
“Jesús pronuncia entonces la declaración solemne que define de una vez por todas el papel de Pedro en la Iglesia. ‘Tu eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia... Te daré las llaves del Reino de los Cielos; lo que ates en la tierra, quedará atado en el cielo, y lo que desates en la tierra, quedará desatado en el cielo”, explicó el Papa.
Benedicto XVI señaló además que “las tres metáforas a las que recurre Jesús son muy claras: Pedro será la base rocosa sobre la que se asentará el edificio de la Iglesia; tendrá las llaves del Reino de los cielos para abrir o cerrar a lo que le parecerá justo; en fin, podrá atar o desatar en el sentido que podrá establecer o prohibir lo que creerá necesario para la vida de la Iglesia”.
De esta manera, dijo el Papa, se describe “lo que más tarde se llamará ‘el primado de jurisdicción’”.
“Este es el primado para todos los tiempos. Pedro debe ser el custodio de la comunión con Cristo, guiar a la comunión con Cristo y guiar la comunión, de modo que la red no se rompa, sino que sostenga la gran comunión universal por medio de la cual estamos con Cristo, que es Señor de todos nosotros. Esta es su responsabilidad, garantizando así la comunión con Cristo, con la caridad de Cristo, realizando esta caridad en la vida cotidiana”, explicó el Santo Padre.
Recemos para que el primado de Pedro