Al presidir el último Regina Caeli del año durante la Solemnidad de Pentecostés, que marca el fin del tiempo de Pascua, el Papa Benedicto XVI recordó, en el marco del reciente encuentro con los movimientos y nuevas comunidades, que la Iglesia “es un gran movimiento animado por el Espíritu”.
“En Pentecostés –dijo el Pontífice, al final de la Misa Solemne que presidió en la Plaza de San Pedro- la Iglesia se manifestó como una, santa, católica y apostólica; se manifestó misionera, con el don de hablar todas las lenguas del mundo, porque la Buena Nueva del Amor de Dios está destinada a todos los pueblos”.
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El Santo Padre destacó luego que “entre las realidades suscitadas por el Espíritu en a Iglesia se encuentran los Movimientos y las Comunidades Eclesiales, a quienes tuve la alegría de encontrar ayer en esta Plaza, en una gran reunión mundial. Toda la Iglesia, como amaba decir el Papa Juan Pablo II, es un único gran movimiento animado por el Espíritu Santo, un río que atraviesa la historia para irrigarla con la gracia de Dios y fecundarla de vida, de bondad, de belleza, de justicia, de paz”.
Emblemáticamente, en el día de Pentecostés, el Pontífice saludó en siete idiomas, incluido el polaco.
Hablando en español el Pontífice dijo: “Saludo con afecto a los fieles de lengua española, exhortando a todos a invocar los dones del Espíritu Santo, que santifica la Iglesia, para robustecer la fe, vivificar la esperanza e iluminar el camino que lleva a renovar la faz de la tierra. ¡Feliz Pentecostés!”