La ley anti-conversión recientemente aprobada en el parlamento indio, que no permite a ningún ciudadano pasar del hinduismo a otra religión, fue rechazada por la Gobernadora del estado de Rajasthan, Pratibha Patil, generando esperanzas al menos temporalmente, en la pequeña comunidad católica del lugar.
Patil devolvió la ley a la asamblea parlamentaria por considerarla un "decreto que hiere la libertad religiosa de los ciudadanos". Al no efectuarse esta ratificación, no entra en vigor y todavía no tiene fuerza de ley. El hecho fue considerado por las minorías religiosas como un "acto de valentía, que tiene mayor valor aún, al venir de una autoridad mujer".
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Según informa la agencia Fides, el proyecto de ley aprobado por el Gobierno del Partido Baratiya Janata, prohíbe las conversiones del hinduismo a otras religiones, pero reconoce el derecho de pasar de las otras religiones al hinduismo, sancionando a los culpables con penas de cárcel y multas de hasta 50 mil rupias (aproximadamente mil 100 dólares).
Varios líderes cristianos y musulmanes de Rajasthan se habían dirigido ya anteriormente al gobierno federal de la Unión India pidiendo que no aprobara la ley. Según los líderes religiosos, su aprobación viola los artículos 19° y 25° de la Constitución, que garantizan la libertad religiosa para todos los ciudadanos, y denunciaron que la norma "forma parte de la agenda nacionalista e intolerante del Partido Baratiya Janata".
Los líderes religiosos se han reunido públicamente en una plaza de Jaipur, capital del estado de Rajasthan, y han recibido la solidaridad de muchas personas de diversas religiones, ciudadanos de religión hindú, representantes de movimientos y asociaciones, así como de algunas autoridades civiles.