El nuevo Nuncio Apostólico en Filipinas, Mons. Fernando Feloni, aseguró hoy que la Iglesia Católica mantendrá un papel activo en los asuntos que afectan al país, como la pena de muerte y el control natal de la población.
"Esa es nuestra responsabilidad. Es una parte esencial de la Iglesia", declaró el Arzobispo en una rueda de prensa en el Palacio de Malcañang en Manila, donde presentó sus credenciales y habló con la Presidenta Gloria Macapagal Arroyo.
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"Es nuestra misión animar a los obispos a que prosigan (su labor) en los problemas sociales de la gente, especialmente de los pobres", indicó y destacó que respetará la opinión de cada uno de los obispos y que espera que éstos trabajen en colaboración con el Gobierno."Sólo a través del diálogo se puede conseguir lo mejor" para el pueblo, precisó.
Por su parte, el responsable del personal de la Presidencia, Michael Defensor, afirmó que su Gobierno "está en consonancia con las enseñanzas del catolicismo" y apuntó que en la entrevista entre el Nuncio y la mandataria no se tocaron temas polémicos.
Entre las obras de la Presidenta filipina se encuentra la conmutación de cadena perpetua por la capital y ha asegurado que durante su mandato no se ejecutarán reos.
La declaración de Mons. Feloni se produce cuando el Obispo de Sorsogon, Mons. Arturo Bastes, encabeza una campaña de protesta contra las explotaciones mineras en su territorio, por considerarlas contaminantes.