En una Plaza de San Pedro llena de fieles y peregrinos llegados de todas partes del mundo, el Papa Benedicto XVI rezó hoy el Regina Caeli y afirmó que la Ascensión de Cristo revela la vocación del ser humano a participar en la vida eterna en el Reino de Dios.
Antes de la oración mariana, el Santo Padre reflexionó sobre la Ascensión del Señor afirmando que “este último gesto de Cristo es doble. Sobre todo, dirigiéndose a lo alto, Él revela en modo inequívoco su divinidad: retorna allá de donde ha venido, es decir en Dios, tras haber realizado su misión en la tierra. Además, Cristo asciende al cielo con la humanidad que ha asumido y que ha resucitado de los muertos: aquella humanidad es la nuestra, trasfigurada, divinizada, hecha eterna”.
Recibe las principales noticias de ACI Prensa por WhatsApp y Telegram
Cada vez es más difícil ver noticias católicas en las redes sociales. Suscríbete a nuestros canales gratuitos hoy:
“La Ascensión –continuó- revela la altísima vocación de toda persona humana: esta está llamada a la vida eterna en el Reino de Dios, Reino de amor, de luz y de paz”.
Más adelante, el Pontífice hizo también referencia a la Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales que tiene por tema “Los medios: redes de comunicación, comunión y cooperación”.
“La Iglesia mira con atención a los medios porque representan un vehículo importante para difundir el Evangelio y para favorecer la solidaridad entre los pueblos, llevando la atención sobre los grandes problemas que aún los marcan”, explicó el Santo Padre.
Asimismo, refiriéndose a la iniciativa del Programa Mundial de Alimentación de la Naciones Unidas “El mundo en marcha contra el hambre”, el Papa pidió para que “se pueda superar la plaga del hambre que aún aflige a la humanidad, poniendo en grave riesgo la esperanza de vida de millones de personas”.
Tras finalizar la oración, el Pontífice recordó la cita que tendrá el sábado 3 de junio, vigilia de Pentecostés, cuando “tendré el gozo de encontrarme en la Plaza de San Pedro con numerosos adherentes a más de cien movimientos eclesiales y nuevas comunidades, provenientes de todo el mundo”.
Respecto a estos, el Papa dijo saber "bien qué significa para la Iglesia su riqueza formativa, educativa y misionera, tan apreciada, sostenida y animada por el amado Papa Juan Pablo II. Junto celebraremos las Vísperas de la solemnidad de Pentecostés invocando confiados al Espíritu Santo, para que llene los corazones de los fieles y a todos sea anunciado el mensaje de amor de Cristo, Salvador del mundo”.
Por último, Benedicto XVI saludó con afecto a los fieles de lengua española, "en particular a los grupos parroquiales de Pamplona, Valtierra y Tudela. Deseo a todos que la visita a Roma sea una gozosa ocasión para fortalecer vuestra fe en Cristo y acrecentar los vínculos de comunión con la Iglesia. ¡Feliz domingo!"