Al recibir hoy a los a los miembros de la fundación "Centesimus Annus Pro Pontifice", el Papa Benedicto XVI animó a los fieles laicos a trabajar por la verdadera justicia social, aquella que requiere una genuina visión de la solidaridad.
En su discurso a los miembros de la fundación reunidos con ocasión del congreso sobre "Democracia, instituciones y justicia social", el Santo Padre subrayó la urgencia de “un esfuerzo tenaz, duradero y compartido por la promoción de la justicia social”.
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“La democracia será plena, solo cuando toda persona y todo pueblo tengan acceso a los bienes primarios (vida, alimentos, agua, salud, instrucción, trabajo, certeza de sus derechos) a través de un orden de las relaciones internas e internacionales que asegure a todos la posibilidad de participación. No habrá tampoco justicia social verdadera sin una visión de solidaridad genuina. El gran reto de los laicos cristianos en el contexto mundial actual es convertir estas aspiraciones en hechos concretos", dijo el Pontífice.
“¡Que cada uno de vosotros, en cuanto fiel laico, viva como suyo ‘el deber inmediato de actuar en favor de un orden justo en la sociedad!’, porque ‘la caridad debe animar toda la existencia de los fieles laicos y por tanto, su actividad política, vivida como "caridad social’", dijo el Papa citando la encíclica “Deus caritas est”.
Al abordar el tema de la democracia, el Obispo de Roma señaló que “a veces se lamenta la lentitud con que se abre paso la democracia y, sin embargo, sigue siendo la herramienta histórica más valiosa para disponer del propio futuro de forma digna".
La democracia, continuó el Papa, necesita "instituciones apropiadas, creíbles y serias cuya finalidad no sea la pura gestión del poder público, sino capaces de promover la participación popular, respetando las tradiciones de cada nación y preocupándose por custodiar su identidad".
Al inicio de su alocución, Benedicto XVI había resaltado que el nombre de la fundación repite el de la última "gran encíclica social de Juan Pablo II", que resumía 100 años de la historia de la doctrina social de la Iglesia y "la proyectaba hacia el futuro, estimulando la discusión con la ‘res novae’ del tercer milenio".