En un libro-entrevista titulado "La République, les religions, l'espérance", el Ministro del Interior de Francia, Nicolás Sarkozy, aborda el tema de la religión y manifiesta que ésta "ofrece algo que el Estado no puede dar".
Sarkozy es considerado por varios sectores de la sociedad como uno de los candidatos con mayor probabilidad para convertirse en el próximo Presidente de Francia, uno de los países más secularizados de Europa. En el mencionado libro reflexiona sobre el tema del laicismo, mas no deja de lado temas como la fe, las personalidades espirituales que marcaron su vida, la Iglesia Católica, las convicciones que quiere transmitir a sus hijos, así como sobre los valores necesarios de la religión en la República del laicismo.
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En su libro, Sarkozy afirma que "la religión ofrece un gran servicio a la sociedad, dota a los hombres de la esperanza espiritual que el Estado no puede darle", por lo que en su opinión, el concepto de laicismo debe ser "profundamente revisado, pues creer que el Estado puede permanecer totalmente indiferente al hecho religioso es una posición desmentida constantemente por la realidad de los hechos", asegura.
En el libro en el que Sarkozy responde a sus entrevistadores, el profesor de filosofía Thibaud Collin y el religioso dominico Philippe Verdin, explica que se debería "volver a una laicidad activa, no pasiva, debemos decir abiertamente que hoy en día es más importante abrir lugares de culto en las grandes áreas urbanas que inaugurar recintos deportivos, también utilísimos. Debemos conseguir que se conviertan en los ideales para la juventud que crece, para todos esos jóvenes que no tienen ideales. Ése es el gran reto".
En referencia a las estrictas normas que hablan de la separación entre Iglesia y Estado, Sarkozy afirma que éstas deberían ser modificadas, pues opina que se trata de "una cuestión que no es coyuntural ni episódica, la de la financiación de las tres grandes religiones de Francia. Admitámoslo sin hipocresía; hay una contradicción entre la voluntad de reconocer las religiones como un factor positivo en la sociedad y después negarles cualquier forma de financiación pública".
El Ministro propone que "la ayuda fiscal debería ser mayor para los fieles que participan en el mantenimiento del clero" y en la "financiación para la formación del clero, poniendo a disposición maestros en las materias no espirituales, prestando locales, firmando convenios con los representantes de las religiones para educar a los ministros de culto francés".
En relación a la Iglesia Católica, Sarkozy recuerda a sus entrevistadores que "en Francia existe una vieja desconfianza heredada del periodo de las grandes luchas laicas", y pide un planteamiento crítico ante las generaciones anteriores que han "vilipendiado, burlado y ridiculizado a curas y frailes". Para el Ministro, la función de la Iglesia es ante todo, social, y apunta que "si la Iglesia no se preocupara de los más pobres, ¿quién podría hacerlo? Respetar a la Iglesia significa reconocerle la vocación de defender a quienes nadie defiende, mantener la tradición de apertura, de consuelo, de fraternidad".