Los restos del P. Javier Francisco Montoya, secuestrado el 21 de noviembre de 2004 por las FARC y posteriormente asesinado, fueron hallados recientemente y reconocidos gracias a una prueba de ADN.
El P. Montoya, de 45 años, fue secuestrado por el frente Aurelio Rodríguez de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), en el caserío Alto de Tamaná, en el Chocó.
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Al momento del secuestro, el sacerdote se disponía a presidir la fiesta de la Inmaculada Concepción. Ese año, las FARC anunciaron que el P. Montoya había sido fusilado y que su cuerpo no sería devuelto porque lo habían enterrado.
Sin embargo, el Obispo de Istminá-Tadó, Mons. Alonso Llano Ruiz, indicó que el 24 de abril último recibieron una llamada telefónica "en la que se comunicaba que cerca de la desembocadura del río San Juan se hallaban unos restos óseos de una persona y junto con éstos una túnica blanca, un fajón negro y un crucifijo".
Otro sacerdote secuestrado por las FARC es el P. Cesar Darío Peña, párroco de Raudal de Valdivia, Antioquia. Desde marzo de 2004 no se conoce su paradero.